Después de dos años, el gran Corso de Corsos volvió a las calles de Cochabamba

Tras una pausa de dos años, debido a la pandemia del coronavirus, el gigante Corso de Corsos regresó a las calles de Cochabamba. Miles de danzarines de 76 comparsas, fraternidades, ballets y empresas mostraron a la población lo mejor del folclore boliviano y la fastuosidad de cada uno de sus bailes.

Los participantes aseguraron que esperaron con muchas ansias la realización del carnaval cochabambino y que valió la pena toda la espera por la positiva respuesta del público. Ellos recorrieron los 6 kilómetros de la entrada sin perder energía ni ritmo.

No solo los bailarines se robaron el aplauso del público, los músicos de las bandas fueron un espectáculo aparte con divertidas coreografías.

Con alegría, baile y color cada fraternidad conquistó a los espectadores, que llegaron de todas partes de la ciudad, de Bolivia e incluso del extranjero. Quedaron maravillados con la participación de las diferentes comparsas y fraternidades. Esperan que se vuelva a repetir el próximo año y se supere la pandemia.

La población que se dio cita en todo el recorrido saltaron, gritaron y disfrutaron al máximo. En las graderías, los jóvenes estaban a punto de hacerlas caer con tanto baile y algarabía. Durante la mañana, gran parte de las sillas y graderías estaban vacías, pero en la tarde se llenaron totalmente.

"Una belleza. Después de mucho tiempo de estar encerrados en la casa, ahora estamos viviendo nuevamente una fiesta", destacó una espectadora.

También se destacó que no hubo consumo de bebidas alcohólicas y que se respetaron las medidas de bioseguridad. Los jóvenes aseguraron que no es necesario el consumo de alcohol para disfrutar del carnaval.

Así, el carnaval boliviano se cerró con broche de oro. Además, en un momento propicio, ya que ayudó a que la ciudadanía se olvide por unas horas de la pandemia y disfrute el carnaval. Asimismo, la actividad sirvió para reactivar la economía del departamento.