El escándalo de encubrimiento sigue siendo una herida abierta y aunque Mahony ha ofrecido disculpas públicas en varias ocasiones, las víctimas consideran que sus palabras han sido insuficientes y tardías.
25/04/2025 10:31
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La participación del cardenal Roger Mahony, arzobispo emérito de Los Ángeles, en la ceremonia de cierre del ataúd del Papa Francisco ha desatado una ola de críticas y reacciones encontradas dentro y fuera de la Iglesia. A sus 89 años, Mahony fue designado para este solemne acto litúrgico por ser el cardenal presbítero de mayor antigüedad presente en Roma, según el protocolo del Ordo exsequiarum Romani pontificis. Sin embargo, su controvertido historial opaca el simbolismo de su papel en el rito.
Mahony, figura prominente de la Iglesia católica estadounidense, es recordado tanto por su activismo en favor de los inmigrantes como por su cuestionado manejo de los abusos sexuales dentro de la arquidiócesis de Los Ángeles. Durante su gestión como arzobispo, documentos judiciales revelaron que encubrió sistemáticamente a decenas de sacerdotes acusados de abuso sexual, trasladándolos entre parroquias en lugar de denunciarlos a las autoridades.
En 2013, tras la publicación de cientos de páginas de archivos internos, Mahony fue públicamente reprendido por su sucesor, el arzobispo José Gómez, quien le retiró funciones públicas. A pesar de ello, Mahony participó en el cónclave de ese mismo año que eligió al Papa Francisco, causando indignación entre víctimas y grupos defensores como SNAP, que exigieron su exclusión.
El escándalo de encubrimiento sigue siendo una herida abierta. Aunque Mahony ha ofrecido disculpas públicas en varias ocasiones, reconociendo “errores” y mostrando “arrepentimiento”, muchas víctimas consideran que sus palabras han sido insuficientes y tardías. Además, nunca enfrentó consecuencias legales ni fue despojado de su título cardenalicio.
La designación para participar en el rito de cierre del ataúd ha sido vista por algunos como una afrenta a los esfuerzos de la Iglesia por recuperar credibilidad y demostrar cero tolerancia frente a los abusos. “No se trata solo de protocolos, se trata del mensaje que se envía al mundo”, dijo en redes sociales un portavoz de SNAP. “Honrar a Mahony en un momento tan simbólico es revictimizar a quienes aún esperan justicia”.
Desde el Vaticano, Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa, minimizó la polémica: “Se ha seguido la precedencia litúrgica correspondiente”, explicó. Junto a Mahony, otros siete cardenales estarán presentes en el rito, liderados por el camarlengo Kevin J. Farrell.
Mahony, por su parte, se dijo “sorprendido y honrado” por la invitación, y recordó su “amistad especial” con el Papa Francisco. Su imagen, ya polémica por años, vuelve así al centro del escenario en uno de los actos más significativos del funeral papal.
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