Afganos huyen de las ciudades para no ser decapitados por los talibanes

Los momentos que viven los afganos son terribles, ya que incluyen secuestros de mujeres adolescentes, decapitaciones y asesinatos de civiles. En un parque en el centro de Kabul, duermen en el suelo, traumatizados y sin saber a ciencia cierta lo que les depara el futuro.

Friba, de 36 años, recuerda a los perros que deambulaban alrededor de los cadáveres cerca de la prisión en Kunduz, una gran ciudad del norte, de la que huyó con sus seis hijos el domingo cuando los talibanes tomaron el control.

Otra historia es la de Sarah, que es madre de ocho hijos y ha huido de Kunduz, en el noreste de Afganistán. No tiene ninguna esperanza en el futuro. En su pueblo las familias están siendo destrozadas.

Ghoreza, un mecánico de 19 años, que también huyó de Kunduz. Dejó atrás su taller y sus clientes. Los talibanes invadieron la zona y la presión fue demasiado fuerte.

Y así son muchas las familias y jóvenes que han huido para evitar que los talibanes los maten o los recluten.