La mayor tragedia ambiental de la historia se dio el 2024 ¿permitiremos de nuevo su principal casa: los chaqueos?

Aunque el Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), acaba de informar que solo persiste un solo incendio en Santa Cruz, en Concepción, que se encuentra en fase de observación o monitoreo, por lo tanto, controlado y que por las pocas condiciones de acceso serán las lluvias que se darán a partir del martes 5 de noviembre, el mecanismo de extinción o liquidación del mismo.  

El balance lamentable de los incendios forestales este 2024 seguramente alcanzará 9 millones de hectáreas y qué, contrastado con los 37 millones de Ha., de extensión territorial del departamento de Santa Cruz, se concluye que ha sido consumido por el fuego el 24% del territorio cruceño, situación que se agrava cuando más del 60 % de lo quemado son bosques, incidiendo negativamente en la generación de servicios ambientales como una menor captación o filtración de agua, inferior generación de oxígeno, disminución de la biodiversidad, destrucción del suelo, limitado refugio de vida silvestre, como también una notoria afectación en la mitigación del impacto del cambio climático que causa la pérdida de arboleda, además de la contaminación nociva, promovida por la humareda.  

Los efectos negativos de la mayor tragedia ambiental en nuestro departamento serán evidentes el próximo año, durante la próxima seca, sobre todo en los municipios como San Matías, Urubichá, San Ignacio ,Concepción y San Rafael, que fueron los más afectados por los incendios el 2024, sin excluir a la Chiquitania en general, que también sentirá el daño de semejante desastre, que se traducirá en una mayor elevación de las temperaturas, extrema sequía, disminución de lluvias y consecuentemente menor producción de alimentos por la pérdida de las nutrientes del suelo.  

Los incendios forestales aumentaron considerablemente a partir del 2016 y la causa u origen  fue la Ley 741 promulgada el 29 de septiembre del 2015, que autoriza el desmonte hasta 20 Ha, en pequeñas propiedades, comunitarias o colectivas, generando al año siguiente que los focos de quema se quintupliquen y por ende afecten anualmente progresivamente millones de hectáreas de bosques y pastizales, alcanzando en esta gestión el lamentable récord de 9 millones de Ha, con funestas consecuencias ambientales detalladas en párrafos precedentes.  

Por lo tanto, abrogar la Ley 741 es cortar de raíz el problema recurrente de los incendios forestales; al no hacerlo, no solamente estamos siendo irresponsable con el presente, como también hipotecando el futuro de las nuevas generaciones.