Según la investigación, cuando las autoridades españolas solicitaron imágenes de las cámaras de seguridad al aeropuerto de Viru Viru, les enviaron grabaciones sin contenido de interés o con escenas borradas en momentos clave.
31/05/2024 18:26
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En España, desarticularon un grupo criminal que introducía grandes cantidades de cocaína desde Bolivia y Ecuador por el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid – Barajas, ocultas en bolsas de ropa sucia. Esta banda estaría involucrada con el "narcovuelo" que salió del aeropuerto de Viru Viru en 2023.
En la operación se incautó un total de 538 kilogramos de clorohidrato de cocaína y se detuvo a cinco personas, incluyendo dos empleados de una empresa que trabaja en el aeropuerto y que eran los encargados de extraer la droga.
Según un reportaje publicado por el diario El País de España, los fardos de cocaína eran metidos en sacos de prendas que, supuestamente, tenían que ser procesadas por una empresa de limpieza del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. En lugar de eso, las bolsas con la ropa y la droga salían de las instalaciones de la terminal aérea en un camión con destino a un restaurante cercano, que funcionaba como el centro logístico. De ahí, al punto desde el que se exportaba el producto a los diferentes destinatarios. La Policía Nacional y la Guardia Civil desarticularon este entramado que mezclaba limpieza, hostelería y distribución.
El caso se comenzó a investigar en 2022, cuando los agentes descubrieron más de 20 kilos de cocaína ocultos en un cargamento de ropa sucia. Los investigadores detectaron que los sacos habían llegado en un avión procedente de Guayaquil (Ecuador). Ya en ese momento, policías y guardias civiles concluyeron que alguien de la empresa de limpieza que era receptora de las bolsas tenía que estar implicado. Es algo relativamente habitual que las organizaciones compren a los trabajadores o directamente los infiltren para evadir controles. Así que comenzaron sus pesquisas y, después de ese susto sin consecuencias, los implicados se relajaron y volvieron a actuar, una decisión fatal para ellos.
En abril de 2023, los agentes descubrieron casi media tonelada de cocaína, también oculta en prendas, en un vuelo procedente de Viru Viru. Estaban en la bodega 23L de un Airbus de la empresa Wamos. Se trató de la mayor incautación de estupefacientes oculta en maletas en un avión realizada en España y generó también una investigación en el país.
Sin embargo, cuando las autoridades españolas solicitaron imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto cruceño, solo les enviaron grabaciones sin contenido de interés o con escenas borradas en momentos clave, afirma el citado medio.
Después de meses de complicadas vigilancias, los investigadores fueron poniendo nombres y rostros a los implicados en este entramado y también entendiendo el modus operandi por el que introducían la droga. Primero identificaron a los dos empleados de la empresa de limpieza que recibían la droga, la metían en camiones corporativos y conducían hasta un restaurante cercano al aeropuerto español.
Allí, los recibía el dueño del establecimiento. Todos permanecían unos minutos en el local y salían los dos trabajadores después, ya con el camión descargado. Así es como descubrieron que el propietario del negocio hostelero no solo era parte de la red, sino que, además, era el que mandaba. Su mano derecha era un empresario afincado en la localidad madrileña de Fuenlabrada que se encargaba de la distribución del producto a diferentes compradores en toda Europa.
Entonces, se produjo la intervención definitiva en diciembre de 2023. Los dos trabajadores identificados por los agentes como colaboradores de la red de narcotráfico accedieron a las instalaciones aeroportuarias fuera de su horario de trabajo. Cargaron sacos de ropa de un avión procedente de Ecuador en el camión habitual y, cuando se disponían a abandonar el edificio, fueron interceptados por los investigadores, que hallaron 63 kilos de cocaína escondidos de forma muy burda entre las prendas.
Después de este hallazgo, el juez autorizó la entrada y registro en tres propiedades, entre ellas, el restaurante en el que depositaban el producto. Los agentes hallaron un kilo de cocaína que todavía no había sido vendido desde el último cargamento, 30.000 euros en efectivo, tres armas cortas, siete lujosos vehículos y relojes, varios dispositivos GPS para hacer seguimiento de vehículos, inhibidores de frecuencia, chalecos antibalas, máquinas de contar billetes e incluso indumentaria de la Policía Nacional.
Los detenidos son cuatro hombres y una mujer, incluyendo dos trabajadores de la empresa de limpieza, el dueño del restaurante y los encargados de distribuir el producto. Fueron arrestados como presuntos responsables de los delitos de tráfico de drogas, grupo criminal y blanqueo de capitales. Tras su puesta a disposición judicial, cuatro de ellos ingresaron en prisión y otro quedó en libertad con cargos.
El 30 de mayo del año pasado, el Ministerio de Hacienda y Función Pública de España informó en un boletín que la Administración de Aduanas de Madrid había incautado de 478 kilos de cocaína boliviana depositados en una bodega del aeropuerto de Madrid-Barajas. El decomiso se produjo el 11 de febrero, pero no se supo de él públicamente en Bolivia hasta la difusión de ese boletín. Hasta la fecha, la investigación ha llevado a la aprehensión de diversas personas, incluyendo efectivos policiales, funcionarios de Naabol y BoA, personal de Aduana y civiles.
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