¡Milagro en la alcantarilla! Una bebé sobrevivió tres días junto al cuerpo de su madre asesinada

El 21 de septiembre de 2014, la policía de Córdoba (Argentina) rescató a Martina, una beba de apenas un año y nueve meses, después de haber pasado 80 horas en una alcantarilla junto al cuerpo sin vida de su madre, Paola Acosta.

Su propio padre, Gonzalo Lizarralde, las había atacado brutalmente a puñaladas y arrojado allí, creyéndolas muertas. Sin embargo, entre el espanto y la desolación, ocurrió un milagro, la pequeña Martina sobrevivió.

Todo comenzó el 17 de septiembre de 2014, cuando Paola Acosta salió de su casa con su hija Martina para encontrarse con su expareja, Lizarralde. Recién había reconocido su paternidad mediante un estudio de ADN y debía entregarle la primera cuota alimentaria de 1.400 pesos argentinos. “Bajo”, fue el último mensaje que envió la mujer antes de desaparecer.

Según la reconstrucción del caso, Lizarralde la obligó a subir a su camioneta junto a su hija, las atacó a cuchillazos y luego las arrojó a un desagüe en la intersección de Domingo Zípoli e Igualdad, junto a una panadería donde él trabajaba como proveedor. Después, regresó a su casa como si nada hubiera ocurrido, donde su novia embarazada lo esperaba con la cena.

La búsqueda desesperada y el desgarrador hallazgo

La familia de Paola denunció su desaparición esa misma noche, y durante días, la provincia de Córdoba entera se movilizó para dar con ella y su hija. Finalmente, en la madrugada del 21 de septiembre, la policía encontró el cuerpo sin vida de Paola en la alcantarilla.

Había recibido cinco puñaladas. A su lado, Martina seguía con vida, herida y deshidratada, repitiendo una sola palabra cuando la sacaron: “Agua”.

Un año después, en el juicio contra Lizarralde, el fiscal Diego Albornoz fue contundente: “La degolló, señores”. También relató la brutalidad del ataque: “La niña tenía cortes en el cuello, estaba con hipotermia y deshidratada en la alcantarilla”. Lizarralde fue condenado a prisión perpetua.

Entre las pruebas que lo incriminaron, se encontraron 14 manchas de sangre de Paola en su camioneta, a pesar de que intentó lavarla tres veces. Además, el testimonio de un testigo clave, Pablo Heredia, resultó determinante.

Las declaraciones de la madre de Diego generaron indignación, porque aseguró: "No tenemos que pedir disculpas por nada".

La vida después de la tragedia

Tras la condena, Martina quedó al cuidado de su tía materna, Maru Acosta, quien se convirtió en su madre del corazón. Hoy, la niña tiene siete años y cursa la primaria en una escuela de barrio Arenales. Aunque no recuerda el horror que vivió, sabe que su mamá es una estrella en el cielo y la conoce a través de los relatos y videos que su familia guarda con amor.

“La inocencia la protege de algunos recuerdos”, contó Maru en una entrevista. “Sabe que tiene cicatrices, pero no pregunta demasiado. Para mí, compartir su vida es un privilegio, aunque nunca imaginé que sería de esta manera”.