28/07/2021 13:17
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Daiki Hashimoto mantuvo la corona olímpica de gimnasia masculina con un estilo impresionante el miércoles, dejando a los pocos espectadores del estadio Ariake gritando y a una amarga China pidiendo una investigación.
El "rey" de la nación anfitriona, Kohei Uchimura, campeón olímpico en la modalidad de concurso completo en 2012 y 2016, decidió no defender su título en Tokio, por lo que su heredero, Hashimoto, tuvo que tomar la posta.
El ruso Nikita Nagornyy, actual campeón del mundo, se hizo con el bronce.
Al llegar a la última rotación, con Xiao a la cabeza y todos los aspirantes a la medalla terminando en la barra alta, el oro parecía volver a China por primera vez desde los Juegos de Pekín 2008.
Pero entonces Hashimoto, el último hombre en competir, realizó una rutina espectacular que le valió la mejor marca, 14,933, suficiente para superar a Xiao y subir a lo más alto del podio.
Mientras Hashimoto se acercaba a su turno, China presentó una solicitud de información sobre la marca de 14,066 de Xiao, al considerarla demasiado baja. Minutos más tarde se anunció que la investigación fue rechazada y que la puntuación no había cambiado.
Para colmo de males, el oro permitió a Japón superar a China en el medallero de Tokio.
Con un equipo de gran calidad, en el que figuraban el actual campeón del mundo y dos excampeones, no fue una sorpresa que las medallas se definieran en el último aparato.
Pero sí fue una sorpresa que Hashimoto, el gimnasta con el currículo más escaso, consiguiera su segunda medalla en los Juegos de Tokio tras ayudar a Japón a conseguir la plata en la prueba por equipos.
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