Durante la homilía el papa Francisco lamentó que muchas personas encuentren el significado de sus vidas en las posesiones. “Una insaciable codicia atraviesa la historia humana", dijo sumo pontífice.
24/12/2018 21:28
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En la misa nocturna que celebra el nacimiento de Jesús, la grandiosa basílica de San Pedro se vuelve un escenario de intimidad, en el que el Papa Francisco invitó a los feligreses a recibir tiernamente al Niño de Belén, asegurando que "si lo acogemos en la propia vida, Jesús cambia el corazón".
En un clima de fiesta familiar, el Papa recordó que "el nombre de Belén significa ‘casa del pan’, y en esta ‘casa’ el Señor convoca hoy a la humanidad", como preanuncio de otro pan a final de su vida: la Eucaristía.
Francisco afirmó que "el cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. Desde la ‘casa del pan’, Jesús lleva de nuevo al hombre a casa, para que se convierta en un familiar de su Dios y en un hermano de su prójimo".
Durante la homilía el papa Francisco lamentó que muchas personas encuentren el significado de sus vidas en las posesiones, cuando la historia bíblica del nacimiento de Cristo enfatiza que Dios se le apareció a personas que eran pobres en posesiones terrenales, pero fieles.
"Ante el pesebre, comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”, dijo Francisco, vestido con túnicas blancas sencillas.
Mientras el papa Francisco preside las festividades en casa, el cardenal Pietro Parolin, su secretario de Estado, viaja a Iraq para celebrar la Navidad con la comunidad de católicos caldeos.
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