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Por Steve Holland y Vladimir Soldatkin
GINEBRA, 16 jun (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se verán las caras el miércoles en su primera reunión desde que Biden asumió el cargo, con un encuentro que probablemente ponga de manifiesto grandes desacuerdos y pocas expectativas de avances en los vínculos de las dos potencias.
Ambos han dicho que esperan que sus conversaciones en una majestuosa villa a orillas del lago en Ginebra puedan conducir a unas relaciones más estables y predecibles, a pesar de que siguen estando en desacuerdo en todo, desde el control de armas y el ciberacoso hasta las injerencias electorales y Ucrania.
"No esperamos un gran conjunto de resultados de esta reunión", dijo un alto cargo estadounidense a los periodistas a bordo del Air Force One mientras Biden volaba a Ginebra. Esta fuente indicó que está previsto que los mandatarios hablen durante cuatro o cinco horas a partir de las 13:00 horas (1100 GMT).
"No estoy seguro de que se llegue a ningún acuerdo", dijo el asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov.
Las relaciones se han deteriorado durante años, sobre todo con la anexión de Crimea de Ucrania en 2014, la intervención rusa en Siria en 2015 y las acusaciones de Estados Unidos -negadas por Moscú- de su intromisión en las elecciones de 2016, que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca.
Las desavenencias se agravaron en marzo, cuando Biden dijo que pensaba que Putin era un "asesino", lo que llevó a Rusia a llamar a consultas a su embajador en Washington. Estados Unidos retiró a su embajador en abril. Ninguno de los dos ha regresado desde entonces.
La fuente estadounidense dijo que Estados Unidos pretendía establecer un conjunto de "tareas" -jerga de Washington para asignar asesores a asuntos específicos- "sobre áreas en las que trabajar juntos puede hacer avanzar nuestros intereses nacionales y hacer el mundo más seguro".
El control de armamento es un ámbito en el que históricamente se ha podido avanzar.
En febrero, Rusia y Estados Unidos prorrogaron durante cinco años el nuevo tratado START, que limita las cabezas nucleares estratégicas desplegadas y los misiles terrestres y submarinos que las transportan.
El alto cargo estadounidense dijo que Biden también definiría las áreas de interés nacional vital en las que la mala conducta rusa supondría una respuesta. Biden firmó en abril una orden ejecutiva que otorga a Washington un amplio margen de maniobra para imponer sanciones a Moscú.
Vladimir Frolov, un exdiplomático ruso, dijo a Reuters que Putin quería lazos respetuosos y ser tratado como lo fueron los miembros del Politburó soviético en los años 1960-1980, con "un reconocimiento simbólico de la paridad geopolítica de Rusia con Estados Unidos".
"A cambio, ellos (Moscú) estarían dispuestos a reducir algunas de las locuras", dijo Frolov, que indicó que se refería a "no envenenamientos, no violencia física, no detenciones/secuestros de ciudadanos estadounidenses y rusos. Ninguna injerencia en la política interna".
Dmitri Trenin, director del instituto Carnegie Moscow Center, puso el listón bajo para las conversaciones del miércoles.
"El principal resultado, en el sentido positivo, de la reunión de Ginebra sería asegurarse de que Estados Unidos y Rusia no lleguen a las manos físicamente, de modo que se evite una colisión militar", dijo.
Las conversaciones no incluirán ninguna comida y se espera que Putin y Biden den conferencias de prensa por separado en lugar de una conjunta, señales de la tensión entre las partes.
(Información de Steve Holland y Vladimir Soldatkin; información adicional de Humeyra Pamuk y Stephanie Nebehay en Ginebra, Tom Balmforth y Andrew Osborn en Moscú; redacción de Arshad Mohammed en Saint Paul, Minnesota; edición de Mary Milliken y Sonya Hepinstall, traducido por Tomás Cobos)
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