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¡Bolivia celebra 199 Años! Conoce la historia de Vladimir Suárez, el músico boliviano que ganó dos Grammys

Representar a Bolivia en el exterior no es tarea fácil, pero para el músico y productor cruceño, es un motivo de orgullo y una gran responsabilidad.

05/08/2024 12:00

El músico y productor boliviano, Vladimir Suárez. FOTO: Vladimir Suarez A.
Bolivia

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En un rincón de México, lejos de su natal Santa Cruz de la Sierra, Vladimir Suárez, un talentoso músico y productor boliviano, está cumpliendo sus sueños y llevando el nombre de Bolivia a lo más alto de la música mundial. Suárez, hijo de dos destacados cantantes que conforman el Dúo Guajojó, ha logrado lo que muchos solo pueden soñar: un Grammy Latino en 2022 y un Grammy Americano en 2024.

Naizet Fernanda Porcel, estudiante de la Universidad Privada Domingo Savio, tuvo el privilegio de conversar con Suárez durante uno de sus compromisos laborales en México, descubriendo cómo este admirable artista llegó a ser una inspiración para todos los bolivianos.

El camino hacia el sueño

“Mira, yo me formé musicalmente en el Instituto de Bellas Artes en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Estudié música desde mis seis años. Todo lo que es la parte teórica, clásica, guitarra, flauta, traversa, piano. Esos fueron mis primeros inicios. Tuve la formación musical, además, guiado por mis padres, que son cantantes. Tienen un dúo que se llama Dúo Guajojó. Y seguí los pasos. En cuanto a la composición, realmente no me considero un compositor, pero sí un productor, que es diferente. Y en cuanto al cariño de mi gente de Bolivia, pues yo simplemente siento que es mutuo, porque le tengo un cariño impresionante a mis compatriotas”, contó Suárez.

Orgullo y responsabilidad

Representar a Bolivia en el exterior no es tarea fácil, pero para Suárez, es un motivo de orgullo y una gran responsabilidad. “Es una responsabilidad muy grande porque estamos ante los ojos de mucha gente, pero creo que es un orgullo saber que lo que uno aprende en el lugar donde nace lo puede utilizar en otras partes para poder desarrollarte profesionalmente”, expresó.

Un modelo a seguir

Vladimir Suárez no solo ha sido reconocido por su talento, sino también por su perseverancia y dedicación, sirviendo de inspiración para nuevas generaciones de músicos. “Lo que sí he sentido es que hay muchas personas que se han dado cuenta que cuando alguien quiere, no importando la frontera donde nazca, lo puede lograr. Creo que el hecho de haber ganado el primer Latín Grammy para Bolivia, y bueno, después de mucho tiempo de haber insistido, insistido, insistido, haberlo conseguido, es algo que causa como admiración de alguien. Todos aquellos que quieran lograr algo pueden hacerlo, siempre y cuando sean obstinados, persistentes, ‘tercos’ en lo que quieran hacer para bien prepararse y salir hacia adelante”, mencionó.

Un mensaje para los soñadores

Para aquellos que aspiran a seguir sus pasos, Suárez tiene un consejo claro: “El mensaje que yo siempre doy, no nada más a músicos, sino a cualquier tipo de artistas, bailarines, fotógrafos, productores, ingenieros, e incluso para cualquier persona de cualquier carrera, es que primero tengan una meta, que tengan un sueño, porque si no tienen una dirección a dónde llegar, se les va a complicar mucho encontrar un camino, porque no van a tener hacia dónde ir. Entonces, lo primero es tener una meta y tener un sueño. Lo segundo es prepararse, prepararse con todas las herramientas que tengas para poder defenderte cuando te llegue la oportunidad. Y la tercera cosa es ser perseverantes, ser constantes, no darse por vencidos de la primera”, expresó Suárez.

Una anécdota inspiradora

Entre las muchas historias que ha vivido, Suárez recuerda con cariño una anécdota que marcó su carrera: “Yo salí de Bolivia vendiendo mi teclado para comprarme el pasaje y llegar con $us 200 a México, pero una anécdota que me marca mucho es que cuando yo llegué aquí a México no tenía dinero para inscribirme a una escuela donde yo quería aprender producción musical, y como yo no tenía dinero, vendí la guitarra con la que daba clases y me sostenía un poquito y con eso me pude inscribir. Veinte años después, un amigo encontró a esta alumna y le preguntó por mi guitarra. Se la compró y me la envió a mi casa con una carta que decía: ‘Vladi: eres un ejemplo de que los sueños se pueden lograr’. Ahora esa guitarra es mi ‘adulada’, ya está de vacaciones, no la hago trabajar, simplemente es un recuerdo muy muy bonito de que los sueños se cumplen cuando uno tiene ímpetu y cuando está con fe y está preparado para lograr las cosas”, narró.

 

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