La mujer que acechó por tres años a los verdugos de su hija

Miriam Rodríguez sufrió lo que miles de madres mexicanas han padecido: la desaparición y asesinato de una de sus hijas. Después de varios intentos por recuperarla, en los que pagó rescates que nunca se completaron, una mañana Miriam aceptó que Karen no regresaría y decidió hacer justicia por mano propia: salió a cazar y capturar a quienes se habían llevado a su pequeña, así lo reveló el New York Times.

La misión de Miriam ha sido sacada a la luz por The New York Times , que ha explicado la audaz y peligrosa misión que emprendió para responsabilizar a los responsables de la muerte de Karen.

Para conseguir su objetivo, desde 2014 Rodríguez “se cortó el pelo, se lo pintó, se hizo pasar por encuestadora, trabajadora de salud y funcionaria electoral”. A través de estas coartadas Miriam logró obtener nombres, direcciones, estudió los hábitos e incluso entabló relaciones con personas cercanas a los culpables.

Así, poco a poco, la madre de Karen (secuestrada y asesinada a los 20 años) rastreó a cada uno de los responsables y logró capturar a 10 de ellos, casi todos. Sin embargo, pocos pueden desafiar de esa forma al crimen organizado sin sufrir consecuencias.

Antecedentes del crimen

Cuando Miriam supo del secuestro de su hija le suplicó al pandillero que la liberara a su hija. El sujeto insistió en que su cartel no la tenía, pero se ofreció a buscarla por una tarifa, que Miriam pagó; sin embargo, durante la conversación, escuchó su nombre en una radio: Sama.

Eso provocó una búsqueda frenética en las redes sociales, mientras Miriam buscaba a alguien con ese nombre. Finalmente encontró el perfil de alguien a quien reconoció y se centró en su ubicación, una heladería a dos horas de distancia en Ciudad Victoria.

La mujer de 56 años pasó semanas esperando junto a la tienda hasta que llegó Sama. Ella lo siguió a su casa e incluso fingió ser un funcionario electoral mientras entrevistaba a los vecinos para obtener más detalles sobre él.

Miriam luego puso rumbo para encontrar a otras personas involucradas en el asesinato de Karen, lo que la llevó a cambiar su apariencia y pretender ser otras personas para poder acercarse a los culpables pertenecientes al cartel Zeta.

Incluso creó excusas para conocer a sus familias y preguntar casualmente a 'abuelas y primos desprevenidos' sobre las direcciones de las personas.

La madre arrinconó a un hombre involucrado en el asesinato en un callejón y le puso una pistola en la espalda y le advirtió: "Si te mueves, te dispararé".

A pesar de que algunos de los culpables comenzaron una nueva vida con trabajos respetables, Miriam reunió a casi todos y los entregó a las autoridades. En total, logró arrestar a 10 miembros del cartel de Los Zeta.

Lamentablemente, su misión tuvo un costo.

El Día de la Madre de 2017, mientras perseguía a uno de sus últimos objetivos, le dispararon 12 veces frente a su casa y la mataron.

El incansable esfuerzo por llevar a la gente ante la justicia dio como resultado que se erigiera una placa de bronce en su ciudad de San Fernando, ya que muchos se sintieron inspirados por su misión.