La muerte del juvenil de San Telmo en Argentina, abrió el debate sobre los riesgos reales de una intervención considerada rutinaria. Especialistas aseguran que el riesgo es mínimo, aunque no inexistente.
30/06/2025 19:05
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La muerte de Camilo Nuin, futbolista de 18 años de la reserva de San Telmo en el vecino país de Argentina, durante una operación programada por rotura de ligamentos cruzados en una rodilla, conmocionó al mundo del deporte y encendió las alertas sobre los riesgos de este tipo de intervención. El joven falleció por un paro cardiorrespiratorio irreversible durante la cirugía en una clínica de Adrogué en Buenos Aires. Su familia sospecha de una posible mala praxis, y aún se esperan los resultados de la autopsia.
Según un especialista en traumatología deportiva, el ligamento cruzado anterior es clave para la estabilidad de la rodilla, y su reconstrucción quirúrgica es común en deportistas. La cirugía se realiza por vía artroscópica, con técnicas mínimamente invasivas, y en la mayoría de los casos tiene una duración menor a 30 minutos.
“La probabilidad de mortalidad en este tipo de procedimientos es prácticamente nula”, afirma un cirujano de rodilla, quien estima ese riesgo cercano al 0%.
Sin embargo, otro especialista advierte que toda cirugía conlleva un riesgo, aunque mínimo.
“Pueden presentarse complicaciones por reacciones metabólicas, errores en la administración de anestesia o factores no detectados durante los exámenes prequirúrgicos”, señala. En casos poco frecuentes, la operación puede derivar en embolias o arritmias graves, lo que justificaría un control exhaustivo previo.
Respecto a la anestesia, un experto en medicina regenerativa explica que generalmente se aplica anestesia raquídea o general con bloqueo nervioso. También se puede combinar con un neurolepto para reducir el dolor y la ansiedad sin perder completamente la conciencia. Pero advierte:
“Los atletas suelen tener bradicardia de base. Si la anestesia no es monitoreada adecuadamente, puede agravarse y desencadenar un paro”.
La intervención incluye la exanguinación de la pierna y el uso de un torniquete para facilitar la visualización interna. Se extrae un injerto –generalmente tendón rotuliano en deportistas de alto nivel– que se coloca en la rodilla mediante túneles óseos.
Tras la cirugía, el proceso de recuperación puede durar hasta siete meses. Aunque la mayoría de los atletas logra volver a su nivel competitivo, no todos lo consiguen. Estudios internacionales muestran que entre el 55% y 65% de los pacientes retoman su actividad con la misma intensidad, aunque otros informes sugieren que solo dos de cada cinco lo hacen con éxito total.
El caso de Camilo Nuin, por su desenlace trágico, pone en primer plano la necesidad de asegurar todos los protocolos antes de una cirugía que, aunque común, no está exenta de riesgos.
Con información de el Clarín de Argentina.
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