La educación online democratiza la formación y reduce la dependencia de horarios, lugar y precios

La educación online está transformando el panorama educativo al eliminar barreras tradicionales como el tiempo, el lugar y el costo. Este modelo educativo permite que los estudiantes sean el centro del proceso de aprendizaje, adaptando la formación a sus necesidades y brindando una experiencia flexible y accesible, que democratiza el acceso a la formación.

“La educación online es un modelo educativo donde por primera vez en la historia, con carácter masivo, mucha gente puede aprovechar y ser ellos el centro de la formación. Es la formación la que se ajusta a sus necesidades, no ellos a las necesidades de los centros educativos”, explica Lluis Pastor, experto en innovación educativa online, quien participó en el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El futuro de la educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica”, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) coincide con el aporte del aprendizaje online. “La innovación digital ha demostrado su capacidad para complementar, enriquecer y transformar la educación, y posee el potencial para acelerar el avance en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) para la educación, así como para transformar los modos de acceso universal al aprendizaje”. 

El impacto democratizador de la educación online permite que un mayor número de personas accedan a la formación, independientemente de su ubicación geográfica o situación personal. Además, reduce los costos en comparación con la educación presencial, lo que lo hace más asequible para muchas familias. 

“Hace que cualquier persona pueda acceder a formarse, porque no depende de un lugar, no depende de una hora y, muy posiblemente, tampoco dependerá de un precio, porque el precio de la educación online suele ser bastante más barato que el de la educación presencial”, explica Pastor.

La flexibilidad es otro de sus puntos fuertes. Los estudiantes pueden realizar actividades en horarios no laborables, adaptando su aprendizaje a sus responsabilidades diarias. Además, la educación online incluye figuras de apoyo que brindan una guía personalizada, muchas veces más accesible que la de un profesor en un aula tradicional.

No obstante, la UNESCO informa que durante la pandemia de COVID-19, “los países que no contaban con una infraestructura de TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) suficiente ni con sistemas de aprendizaje digital adecuados sufrieron las mayores interrupciones educativas y pérdidas de aprendizaje. Esta situación dejó hasta un tercio de los estudiantes de todo el mundo sin acceso al aprendizaje durante el cierre de las escuelas durante más de un año”.

Por ello la importancia de mejorar las condiciones en las que se desarrollen las formaciones online. En ese sentido, Pastor alerta que la verdadera innovación educativa no consiste en simplemente integrar tecnología en el aula, sino en implementar cambios metodológicos y tecnológicos que mejoren significativamente los resultados del aprendizaje. 

“La auténtica innovación educativa es aquella que aplica cambios metodológicos de procesos y tecnológicos y que, al final, podemos validar mejoras en los resultados, lo otro son sólo pruebas”, puntualiza.

En Latinoamérica, la educación online avanzó significativamente, especialmente tras la pandemia por el Covid-19, que aceleró su adopción. Sin embargo, también expuso las deficiencias de los sistemas educativos tradicionales. La transición abrupta hacia el aprendizaje a distancia demostró que, aunque es posible implementar plataformas online rápidamente, la calidad de la formación requiere planificación y recursos a largo plazo.

Para garantizar que la educación online cumpla con su promesa democratizadora, es esencial diseñar experiencias de aprendizaje que sean interactivas, estimulantes y adaptadas a las necesidades de los estudiantes, comenta Pastor. Esto implica superar el modelo de simplemente trasladar contenidos presenciales a plataformas digitales y adoptar metodologías que fomenten la participación activa y el apoyo personalizado.

La región dio pasos importantes hacia una educación más equitativa y accesible, pero aún queda mucho por hacer. Superar la desconfianza y fomentar la calidad serán claves para aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la tecnología. “El futuro de la educación en la región dependerá de la capacidad de los gobiernos y las instituciones para adoptar políticas que promuevan la innovación y la calidad en la educación online”, finaliza el experto.