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¿Juego, venganza o prevención?: Buscan explicar por qué las orcas atacan cada vez más embarcaciones

En mayo hubo más de una decena de "encuentros" de orcas con las embarcaciones que navegan por el estrecho de Gibraltar.

14/06/2023 19:47

Un grupo de orcas próximo a una embarcación. Foto: ABC.
Mundo

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Las aguas del estrecho de Gibraltar están revueltas. Hace años que vienen produciéndose una serie de extraños acontecimientos protagonizados por orcas. Hasta ahora se han documentado una cincuentena de colisiones con barcos, en ocasiones con resultado del hundimiento de la embarcación. Los biólogos marinos buscan explicaciones a estos extraños comportamientos.

Solo en mayo pasado se produjeron más de una decena de interacciones de orcas con las embarcaciones que navegan por este lugar. Así, el 5 de mayo, cuatro tripulantes tuvieron que ser rescatados en aguas de Barbate (Cádiz) tras el impacto de orcas en el velero en el que iban, el cual quedó lleno de agua y no pudieron remolcar hasta la orilla. Pocos días después, el 25 de mayo, la historia se repitió. Otras cuatro personas fueron rescatadas en aguas de Tarifa (Cádiz) por el mismo motivo, reporta 65ymas.com.

Según explicó a National Geographic Alfredo López, biólogo de la Coordinadora de Estudios marinos y miembro del Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), desde 2020 se han registrado 744 encuentros desde la costa norte de África hasta la Bretaña francesa. De estos, 239 son avistamientos y 505 son interacciones en las que las orcas responden a la presencia de los barcos, acercándose o, en última instancia, tocándolos. En algunos casos se trata de encuentros sin contacto físico, otros casos sin daños, y en última instancia con perjuicio para las embarcaciones, algo que sucede en el 19,9% de los casos. La frecuencia de estos encuentros aumentó entre 2020 y 2021, según los registros, pero se había mantenido estable a lo largo del último año. En 2023 se contabilizaron un total de 53 contactos, 12 de los cuales provocaron averías graves en las embarcaciones, que tuvieron que ser remolcadas. 

 

 

En los últimos incidentes, además, los expertos han detectado que una orca, bautizada como Gladis, ha estado a la cabeza del grupo coordinando la embestida. Pero, ¿Cuáles son los motivos que impulsan este comportamiento?

¿Cuestión de juego o venganza?

Las orcas ibéricas son una subpoblación de este famoso cetáceo blanco y negro que habitan en las aguas del Estrecho y del Golfo de Cádiz en los meses de invierno y primavera. Pueden llegar a alcanzar los 6,5 metros en el caso de los ejemplares adultos, un tamaño muy por debajo del de otras subpoblaciones que llegan hasta los nueve metros.

Gladis, la orca adulta que lidera a otras más jóvenes en el ataque a los timones de los barcos, forma parte de esta subpoblación. Los expertos han analizado esta conducta para tratar de descubrir qué hay detrás de estos hundimientos y dos se han postulado como las principales hipótesis.

En primer lugar, resulta llamativa la capacidad para embestir justo en las partes que más daño producen a la embarcación. Pareciera como si supiesen exactamente dónde golpear para hundir el barco.

Dan Olsen, biólogo de campo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte, ha apuntado, según National Geographic, a la posibilidad de que se trate de un comportamiento vengativo causado por un trauma. “Pensé que tal vez una hembra o su cría habían sido heridas por la hélice o el timón de un barco, porque siempre parecen (apuntar al) timón”, ha explicado.

Es lo que los biólogos llaman ‘situación aversiva’, “cuando uno o varios individuos han vivido una mala experiencia y tratan de parar el barco para no repetirlo”.

Sin embargo, en estas interacciones no se ha observado una conducta agresiva como cuando se disponen a ir de caza. De hecho, no han mostrado ningún interés en absoluto por las personas a bordo de las embarcaciones. Parece que con hundir el barco quedan satisfechas. Entonces, simplemente podrían estar actuando como medida de precaución.

Esto ha hecho pensar en una nueva posibilidad: quizá solo estén jugando. Según National Geographic, así lo ha sugerido Hanne Strager, cofundadora del Centro de Ballenas de Andenes (Noruega) y autora del libro The Killer Whale Journals (Los diarios de las orcas). Es posible que hayan aprendido por ensayo/error. Inventan algo nuevo y lo repiten en varias ocasiones.

Por otra parte, la neurocientífica Lori Marino, presidenta del Whale Sanctuary Project, considera que estamos malinterpretando a la especie por completo al tratar de encasillar su comportamiento en 'bueno o malo' o 'agresivo o juguetón'.

No sería la primera vez que se observa a grupos de estos cetáceos pasar el rato jugando. En otras regiones del mundo se les ha visto pasar el rato nadando con medusas en el hocico, arrastrando de arriba a abajo trozos de algas o molestando a aves que descansan sobre la superficie del mar. Si esta hipótesis fuese la correcta, sería una buena noticia para los barcos: pronto, la moda de embestirlos pasará y las criaturas se dedicarán a otro juego para divertirse.

En todo caso, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) de España anunció que está impulsando el marcaje satelital de seis ejemplares de orcas para minimizar la interacción con las embarcaciones en el Estrecho y en la costa gallega. En colaboración con la entidad Circe (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos), el Ministerio compartirá la información obtenida con este marcaje a las administraciones competentes, que la difundirán para conocimiento de los navegantes para tratar de reducir el riesgo de interacción, evitando o minimizando la navegación por dichas áreas.

Gladis, el ejemplar que ha sido identificado en las interacciones, ya ha sido incluida en este proyecto. La información que proporciona esta marca satelital va a permitir, durante el periodo en que esté siendo operativo el dispositivo, identificar su localización en las últimas horas y elaborar un mapa semanal de la zona aproximada en la que este ejemplar de orca se ha estado desplazando en este periodo.

Desde la institución se ha recordado que se trata de una especie incluida en el CEEA, por lo que el artículo 57 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad prohíbe cualquier actuación hecha con el propósito de darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos.

 

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