"No pude hacer nada": el desgarrador lamento del padre de Karla tras el feminicidio de su hija

“Escuché los disparos, salí corriendo pero ya era demasiado tarde. No pude hacer nada”, fueron las palabras entre lágrimas de Rafael Bañuelos, padre de Karla, la joven de 28 años asesinada brutalmente a las afueras de su casa en la colonia Balcones de Oblatos, en Jalisco (México). Su testimonio, tan humano como desgarrador, refleja la impotencia absoluta de un padre ante un crimen que nunca debió ocurrir.

El feminicidio de Karla no solo ha causado una profunda indignación, sino que ha encendido nuevamente la exigencia de justicia y el rechazo a la revictimización que, una vez más, recae sobre una mujer que fue asesinada en plena vía pública, frente a su hogar, por un hombre que no aceptó un “no” como respuesta.

Las imágenes del crimen, registradas por cámaras de seguridad de domicilios vecinos, se viralizaron rápidamente. En ellas se observa cómo Karla discute con su agresor. Se le ve decidida, firme, enfrentando al hombre que se niega a irse. Le exige que se retire, lo insulta, toma una escoba y golpea la camioneta en la que llegó. El sujeto, lejos de marcharse, responde con violencia letal, extrae un fusil tipo AR-15, dispara dos veces al aire y luego apunta directamente a la cabeza de Karla. Le quita la vida y huye sin más.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 12 de julio, a la 01:35 a.m. según marca el reloj de la cámara que captó el asesinato. Karla estaba acompañada de amigas y amigos, cuando el hombre llegó y comenzó la discusión. Su padre, que dormía en casa, escuchó las detonaciones y salió inmediatamente, pero la escena ya era irreversible: su hija yacía sin vida en el asfalto. “No hay de otra, perder a un hijo no tiene nombre. Mi hija”, alcanzó a decir, conteniendo el llanto.

Mientras la indignación crece, también lo hacen los mensajes que culpan a Karla por "haberse enfrentado", por "haber provocado", por "haberse metido con el tipo equivocado". Comentarios que, en lugar de señalar al agresor, apuntan a la víctima. Por ello, colectivos feministas, organizaciones de derechos humanos y sus seres queridos piden frenar de inmediato la revictimización.

La Fiscalía estatal confirmó que la Unidad Especializada en Investigación de Feminicidios abrió una carpeta bajo protocolo de feminicidio y con perspectiva de género. Mientras tanto, el presunto asesino sigue prófugo.

Karla quería vivir. Su padre quería protegerla. Pero en un país donde la violencia machista asesina a mujeres cada día, a veces ni salir corriendo es suficiente. “No pude hacer nada”, repite su padre. Esta vez, la sociedad sí debe hacerlo.

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