La celebración de los 200 años de independencia del país se vive de manera diferente en las calles, donde el espíritu de emprendimiento se mantiene más vivo que nunca.
06/08/2025 15:53
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Mientras gran parte de la población boliviana disfruta del doble feriado por el Bicentenario, miles de ciudadanos deben seguir trabajando, priorizando el sustento diario y la estabilidad económica de sus familias. La celebración de los 200 años de independencia del país se vive de manera diferente en las calles, donde el espíritu de emprendimiento se mantiene más vivo que nunca.
Tal es el caso de Martha Dávalos, una cocinera que desde muy temprano encendió el fuego para preparar su popular chancho a la cruz. A pesar de la jornada festiva, Martha asegura que no hay tiempo para el descanso. "Ahora no hay tiempo para descansar porque día a día gastamos y el presupuesto ahora no nos da para la familia que tenemos, porque las cosas han subido", explica. Para ella y su equipo, el trabajo continúa mañana, 7 de agosto, sin interrupción. "No paramos, todos los días. Hay cuentas que pagar y hay que seguir trabajando", añade con determinación.
La situación de Martha es un reflejo de la realidad de muchos otros bolivianos, como Óscar Hurtado, un joven que recorre las calles en su bicicleta vendiendo gelatina de pata. Óscar pedalea cerca de diez horas diarias para ofrecer su producto, y hoy no fue la excepción. "Bien nomás, gracias a Dios", comenta sobre el movimiento de su negocio en este día feriado. Su jornada, que comienza por la mañana y termina a media tarde, le permite vender todo lo que preparó, a un precio de 3.50 bolivianos por vasito.
Estos ejemplos, entre muchos otros, muestran el rostro de una Bolivia trabajadora y resiliente que, incluso en un día de celebración histórica, encuentra en el esfuerzo diario la mejor manera de honrar a la patria y construir un futuro próspero.
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