Él es no vidente y ella es de talla baja. Celebrarán su matrimonio civil el sábado 23 de septiembre en Sucre.
21/09/2023 11:08
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Las diferencias físicas no son impedimento para encontrar el amor y la historia de Juan y Francisca es la mejor prueba.
Juan Loayza, de 47 años de edad, tiene discapacidad visual y auditiva desde su nacimiento, que se agrava con el pasar del tiempo. Francisca Ochoa tiene 37 años y es de talla baja. Su amor es más grande que cualquier limitante y decidieron unir sus vidas en matrimonio para celebrar el Día del Amor, que se recuerda este 21 de septiembre.
"Yo seré tu vista y tus oídos hasta el último de tus días”, le prometió Francisca a su futuro esposo a horas de su boda. La ceremonia civil se realizará el sábado 2 de septiembre, a las 13:30, en la oficialía de la zona de Rumi Rumi, en Sucre.
La pareja se conoció en noviembre del año pasado, cuando el destino los unió en el lugar menos pensado. Según Francisca le dijo a Correo del Sur, ella fue a la Dirección de Atención a la Persona con Discapacidad (Didepedis) para renovar su carnet de discapacitada y se encontró con Juan, que hace más de una década trabaja como funcionario de la Gobernación y cumple diferentes tareas en esa dependencia.
“Ahí fue donde comenzó el amor. Recuerdo que sentí una emoción que ni yo misma puedo explicar. Era como un flechazo en el corazón que venía desde donde estaba mi futuro esposo”, detalló la joven.
Juan también sintió algo especial desde el primer momento y decidió conversar con Francisca.
“Nos hablamos y poco a poco la química fue creciendo. En nuestros próximos encuentros ella me contó su historia, yo le compartí la mía y, como nos ves, hoy estamos aquí ultimando detalles para matrimoniarnos por el civil este sábado”, contó Juan.
Él asegura que encontró química, paciencia, comprensión y empatía en su futura esposa.
“Ella es una persona activa y divertida en su organización (Asociación de Personas de Talla Baja), donde es la vicepresidenta y participa en los torneos de fútbol, mientras que yo soy dos veces campeón panamericano de ajedrez, entonces hay compatibilidad y empatía”, agrega.
Francisca, por su parte, asegura que en él vio un hombre sincero, que con detalles se supo ganar no solamente su corazón, sino también el de su hija.
“Es sincero y muy detallista, por eso es que yo me acerqué y finalmente decidimos convivir y formar una familia junto a mi hija, que nos apoya y está contenta por nuestro matrimonio. Incluso le llama papá. Agradezco a Dios por encontrar un buen esposo”, apunta.
Sin embargo, cuando comenzaron la relación, uno de los hermanos de Francisco tenía cierto temor por la condición de Juan, pero ellos lograron demostrar que juntos pueden alcanzar sus objetivos pese a sus discapacidades.
Ella cuenta las horas para que el momento llegue, mientras que él admite que la emoción que siente se combina con un poco de nerviosismo, sentimientos que son sofocados con unas palabras de aliento de quien promete ser su compañera de vida.
“Yo no me fijo en sus ojos ni en sus oídos. Siempre le digo al Juan ‘yo seré tu vista y tus oídos hasta el último de tus días’”, indica.
Como muestra de ese amor, Francisca adelantó que hoy, 21 de septiembre, le preparará su plato favorito: un mondongo chuquisaqueño, mientras que Juan afirma que “su compañía es más que suficiente para celebrar el Día del Amor”.
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