“¡Parece rutina!”: Contrabando ‘descarado’ en la frontera entre Argentina y Bolivia

Toneladas de aceite de soya están siendo robadas desde Argentina y cruzadas a Bolivia por mangueras subterráneas, en un operativo clandestino que opera a plena luz del día, sin que ninguna autoridad lo detenga.

El escándalo estalló esta semana tras conocerse que una organización ilegal habría enviado al menos 30 toneladas de aceite de soya desde Salvador Mazza (Salta) hacia Yacuiba (Tarija) utilizando un sofisticado sistema de contrabando.

La red funcionaba desde hace años, pero recién ahora fue descubierta por las fuerzas de seguridad argentinas durante un operativo que terminó con varios detenidos, disparos y un gendarme herido.

“Esto no es nuevo. Ya lo hacían en 2022 y lo siguen haciendo ahora. El contrabando ocurre todos los días y nadie hace nada. Hay gomones, camiones con mangueras, incluso operan en lugares públicos”, denunció Adrián Zigarán, exinterventor de Salvador Mazza.

Las revelaciones indignan, el aceite era cargado en camiones del lado argentino y transferido por gravedad a través de mangueras escondidas, hacia casas ubicadas en el lado boliviano.

“Es indignante. ¿Cómo puede ser que durante años nadie lo haya visto? ¿Qué más puede estar pasando si dejan pasar aceite como si nada?”, cuestionó Zigarán.

Pero el aceite es solo una parte del problema. Las rutas ilegales también se usan para mover combustibles, electrodomésticos, y hasta cocaína. Se estima que 5.000 kilos de droga han sido incautados en Argentina tras cruzar sin control desde Bolivia.

Zigarán denuncia además la falta total de coordinación entre los gobiernos de ambos países. “No hay acción de las cancillerías, no hay políticas fronterizas serias. El contrabando sigue y la crisis lo alimenta. En Bolivia, por los precios bajos, hasta robar aceite ya es rentable”, advirtió.

Mientras el negocio crece a la sombra de la indiferencia, la frontera entre Salta y Tarija se convierte en una autopista para el crimen organizado, donde lo increíble —como robar aceite con mangueras—, es ya una rutina criminal.