La clave para prevenir la agresividad: trabajar en uno mismo y buscar ayuda profesional

Un especialista propone trabajar en la prevención de la agresividad desde una identificación personal de detonantes y la búsqueda de ayuda profesional

13/12/2024 10:45

La clave para prevenir la agresividad: trabajar en uno mismo y buscar ayuda profesional
Bolivia

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Cada caso es un universo y debe tratarse de forma particular, personalizada y por un profesional, afirma Christian La Torre, docente de psicología clínica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. El especialista critica los perfiles y estereotipos que se dan a las “personas agresivas o violentas”, y propone trabajar en la prevención de la agresividad desde una identificación personal de detonantes y la búsqueda de ayuda profesional.

El SEMI (Educación para la Salud de la Sociedad Española de Medicina Interna) explica que la agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto, pretender herir física y/o psicológicamente a alguien.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que la violencia es el “uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo”

La Torre reitera que no hay un solo perfil de persona agresiva o violenta y plantearlo así puede generar una cacería de brujas y es contraproducente con la búsqueda de reducir la violencia.

Aclara que la agresividad es una emoción, que todos tenemos y es natural, y controlarla evita que se genere o no violencia. “En el ser humano el simple hecho de poder defenderte en la vida tiene que ver con la emoción de agresión; o de que te irritan ciertas cosas, o sea, la agresividad es estructural, es básica, en el ser humano y se necesita de alguna manera”.

La OMS afirma que “no existe un factor que explique por sí solo por qué una persona se comporta de manera violenta y otra no lo hace. En el análisis realizado en el marco del ‘Informe mundial sobre la violencia y la salud’ se ha recurrido a un modelo ecológico que tiene en cuenta numerosos factores biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos que influyen en la violencia”.

“A partir de la experiencia propongo que se puede trabajar en la prevención de la violencia a partir de uno. Uno puede empezar a ubicar cuáles son los detonantes en su vida para generar conductas agresivas o violentas”, propone La Torre. 

El especialista boliviano aconseja que lo mejor que se puede hacer por los seres queridos, familiares, amigos u otros, es trabajar en uno mismo, más allá de intentar cambiar a alguien.

“Se necesita ciertos espacios de reflexión de trabajo con uno mismo. Nuestra época es tan acelerada que no tenemos un espacio de contemplación, de frenar, para ti mismo, y poder escucharte. Eso es la terapia”, recomienda La Torre sobre la búsqueda de ayuda profesional y las herramientas como la terapia. 

La otra recomendación es buscar ayuda profesional, para abordar el problema de agresividad y buscar con la ayuda del especialista la razón de la conducta o las vías para resolver los problemas o razones que llevan a una persona a tener comportamientos violentos. 

La violencia en el mundo deja cifras alarmantes. Datos de la OPS dan cuenta de que cerca de 500 personas mueren a diario como resultado de la violencia interpersonal en América, el 58% de los niños y el 12% en personas mayores experimentan abusos cada año, además 1 de cada 3 mujeres ha experimentado violencia física o violencia sexual de pareja.

Conocerse a profundidad

 

El psicólogo La Torre dice que aunque parezca paradójico o irracional, cada persona aunque vive consigo mismo toda la vida, no se conoce. 

“Todas las perspectivas de prevención desde la salud, lo social, los derechos, la educación, abordan la parte consciente en la que uno se controla, pero hay ciertos elementos que a veces nos molestan desmedidamente, puede ser cosas pequeñas, y hacen que uno reviente y se desencadenan las experiencias profundas, inconscientes, de dentro de nosotros y que no conocemos”, explica La Torre.  

Unicef Uruguay asevera en un boletín que el “comportamiento agresivo no se hereda, se aprende”. Los niños y niñas toman ejemplo de cómo son tratados desde etapas tempranas e imitando los comportamientos de quienes son sus modelos: padres, madres, maestros, maestras, hermanos, hermanas, personajes de juegos o televisión. Suelen recurrir a la agresividad si descubren que teniendo actitudes violentas consiguen lo que quieren o visualizan que es una práctica repetida en sus entornos inmediatos.

El experto subraya que cada caso es distinto y trabajar en uno mismo es fundamental, y cuando haya cosas que no se entienden o no se pueden canalizar, buscar la ayuda de un profesional de la salud mental coadyuvará para entenderse, controlar las emociones y evitar todo tipo de agresividad y violencias.

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