El papa que vio nacer el cine: ¿Quién fue León XIII y por qué su legado revive hoy?

El cónclave iniciado el 7 de mayo ha marcado un momento sin precedentes en la historia de la Iglesia Católica, por primera vez, un estadounidense ha sido elegido papa. El cardenal Robert Francis Prevost ha asumido el papado con el nombre de León XIV, un gesto que, más allá de su nacionalidad histórica, también guarda una poderosa carga simbólica.

Aunque Prevost rompe barreras geográficas, en lo que respecta al nombre papal, se inscribe en una tradición de fuerte resonancia. El nombre León ha sido adoptado por 13 papas antes que él, representando aproximadamente el 5% del total en la historia de la Iglesia. Aunque no es el más común (ese honor pertenece a Juan, usado en 22 ocasiones), León es un nombre cargado de historia, doctrina y poder simbólico.

El legado del último León

El más reciente antecedente de este nombre fue León XIII (1878-1903), uno de los papas más longevos y trascendentes de la era moderna. Nacido como Vincenzo Gioacchino Pecci, León XIII fue un intelectual pragmático que buscó reconciliar la fe católica con la modernidad. Su encíclica Rerum Novarum (1891) marcó el nacimiento de la Doctrina Social de la Iglesia, defendiendo los derechos laborales, condenando tanto el capitalismo salvaje como el socialismo extremo, y promoviendo la justicia social.

Durante su papado también impulsó el estudio de la filosofía tomista, abrió los archivos vaticanos a los historiadores y fortaleció relaciones diplomáticas con numerosos países. León XIII fue, además, el primer papa captado en imágenes en movimiento en 1896, lo que lo convierte en un pionero incluso en la historia del cine.

Un guiño al pasado, una mirada al futuro

La elección del nombre León XIV por parte de Prevost podría interpretarse como una declaración de intenciones, continuar el legado social, reformista e intelectual de León XIII, adaptándolo a los desafíos contemporáneos. En tiempos de polarización, desigualdad y crisis ecológica, el nuevo papa podría estar señalando su voluntad de impulsar una Iglesia comprometida con los pobres, inclusiva y profundamente conectada con los problemas del mundo actual.

Más allá de la historia reciente, el nombre León también remite a uno de los papas más influyentes de la antigüedad, San León Magno (440-461). Este doctor de la Iglesia fue clave en la definición de la doctrina cristológica en el Concilio de Calcedonia y es recordado por haber negociado con Atila el Huno para evitar el saqueo de Roma. Su valentía y diplomacia le valieron el título de Magno.

El león, además, es una figura profundamente simbólica en la tradición cristiana, representa a Cristo como el León de Judá y también está asociado con San Marcos, símbolo del Evangelio fuerte y directo.

La elección de Robert Francis Prevost como León XIV no sólo rompe moldes geográficos: su nombre proyecta una continuidad simbólica con el pasado, pero con los ojos puestos en el presente. En un mundo hambriento de justicia y liderazgo moral, su papado podría ser el inicio de una nueva era de transformación para la Iglesia Católica.