"Empezó a llorar": Cliente abraza al ladrón y frustra el atraco a un banco

Un cliente de un banco en California (Estados Unidos) logró convencer a un hombre que intentaba robar la sucursal de no cometer el delito y abandonar el lugar. El ladrón empezó a llorar, fue consolado y ambos se fundieron en un abrazo.

La semana pasada, Michael Armus, de 69 años, llegó a una sucursal del Bank of the West, ubicada en Woodland, en el norte del estado, y descubrió que algo pasaba tras ver la cara de los cajeros de la sucursal, según declaró al canal local KCRA. El hombre se convirtió en un héroe inesperado.

Poco después notó que uno de los clientes en la ventanilla tenía la cara cubierta con su camisa. Se trataba de Eduardo Plasencia, de 43 años, quien había pasado una inquietante nota al cajero en la que aseguraba llevar explosivos y exigía dinero, reporta la agencia EFE.

Armus cuenta que escuchó a Plasencia decir que no quería lastimar a nadie y notó, por la forma en que hablaba, que “parecía estar deprimido”.

 “Entonces, simplemente me acerqué a él y le dije: ‘¿Qué pasa?’ Le dije: ‘¿No tienes trabajo?’ Él dijo: ‘No hay nada en esta ciudad para mí. Solo quiero ir a prisión'”, según relató Armus a la televisora.

Acto seguido, le preguntó a Plasencia si podían salir. “Entonces, lo llevé afuera y le di un abrazo al hombre justo en las puertas. Y empezó a llorar”, agregó.

En ese momento llegó la policía y Plasencia fue arrestado sin ningún incidente. Fue acusado de intento de robo y no tenía ninguna bomba, como había afirmado, según dijo la Policía de Woodland.

Armus señaló que el rostro de Plasencia le parecía familiar y recordó luego que lo había conocido hace más de dos décadas, cuando era amigo de su hija y vecino. Está considerando visitarlo en la cárcel, agregó.

“El amor supera todas las cosas. La gente no se da cuenta de eso. Trata de ser amable con alguien, eso hace la diferencia”, puntualizó.

Las autoridades resaltaron el pronto actuar de Michael. "Estaba destinado a que yo estuviera aquí", dijo el buen ciudadano, que había ido a depositar un cheque.