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A un año de la tragedia de la LaMia, dos historias de superación

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Red Uno Bolivia. – Familias de Brasil, Bolivia y Colombia nunca olvidarán la fatídica noche del 28 de noviembre en la que perdieron la vida 71 personas y solo sobrevivieron 6, en su mayoría del equipo Chapecoense que viajaba a disputar la final de la Copa Sudamericana 2016 contra Atlético Nacional. El vuelo 2933 de la aerolínea LaMia fue un vuelo chárter internacional que debía partir desde Brasil hacia Colombia, pero por problemas en la documentación lo hizo desde Bolivia y contando apenas con el combustible, que en teoría, debía ser suficiente para llegar. El vuelo se precipitó a tierra, a poco de llegar a Río Negro, aeropuerto que sirve a la ciudad de Medellín.

Entre los 6 únicos sobrevivientes, se encuentran Ximena Suárez, la sobrecargo, quien después de reponerse de sus heridas también recibió varios meses de tratamientos y terapias, hoy poco a poco retoma su vida estableciéndose metas.

“Estos días han sido duros, los recuerdos están presentes todo el tiempo. Yo creo que aprendí a vivir con ellos; lo hice con la ayuda de Dios, mi familia y el apoyo de la gente”, contó Ximena en el programa Que No Me Pierda.

Recuerda que la primera imagen que le vino a la cabeza durante el accidente fue la de sus hijos, aferrándose a ellos junto a Dios para poder sobrevivir. Tras recuperar un poco el conocimiento, vio que todo estaba oscuro y frío por la lluvia. Pese a las heridas del cuerpo, la adrenalina le permitió junto al mecánico Erwin Tumirí alejarse de los restos del avión; en la distancia escuchaban algunos quejidos de otros sobrevivientes.

“Fue duro perder a mis compañeros. Tengo pesadillas, no puedo dormir en la oscuridad y a veces tengo recaídas; pero debo ser fuerte por mis hijos”, indicó Ximena, con la voz casi entrecortada.

Por su lado, Erwin Tumiri, también recuerda lo que ocurrió tras la caída, minutos antes de que lo encuentre uno de los equipos de rescate:

“Todo fue como una pesadilla, cuando estuve parado limpiándome y viendo a mi alrededor gente botada. El avión a mi lado derecho estaba todo destrozado, me toqué los pies y brazos y me dije ‘estoy completo’. Ahí empecé a escuchar a Ximena que pedía ayuda”, contó Tumiri; añadiendo que lo que le dio motivos de vivir, fue la imagen de su madre.

Para ambos, la vida los golpeó duro, esta terrible experiencia les transformó la vida, pero son conscientes que todo tiene un propósito.

“Hay que seguir el camino que muestra Dios; estar atento a sus señales”, acotó Ximena, quien ahora se capacita y da charlas motivacionales. Incluso esta noche, presenta su libro Volver al Cielo”, en el que cuenta detalladamente lo sucedido. El objetivo del libro es, además de contar la historia, concienciar a la gente que se puede salir adelante.

Pese a todo el dolor, rescata lo positivo de lo negativo. “Lo bueno, es darles importancia a las pequeñas cosas que no les daba importancia, me acerca a Dios, a mi familia y me puse metas. Lo difícil es superar los recuerdos y aprender a vivir con ellos, porque antes no lo aceptaba”, concluyó

En aquel vuelo, viajaban 77 personas entre la tripulación y el equipo Chapecoence: 22 dirigentes y acompañantes, 22 jugadores, 22 periodistas deportivos y el resto, miembros de la tripulación. De todos ellos, 71 perdieron la vida y solo 6 milagrosamente sobrevivieron. Las 5 víctimas bolivianas que formaban parte de la tripulación eran; el capitán Miguel Quiroga, Rommel David Vacaflores; el despachador Alex Quispe; Sissy Arias Paravicini; el copiloto Ovar Goytia. La investigación aún continúa.

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