Conductor rocía gasolina en un punto de bloqueo y atropella a una mujer

En un acto premeditado y momento de furia ante el paro cívico que se cumple en Beni, un conductor roció combustible en un punto de bloqueo en el barrio Pompeya de Trinidad. Tras esta acción temeraria, el hombre aceleró el motorizado sobre la calzada atropellando a una mujer de 62 años que acataba la medida y hacía respetar el voto.

De acuerdo a los testimonios recolectados, el hombre mantuvo una discusión con los vecinos que estaban bloqueando y ante la negativa de darle paso procedió a lanzar bidones de gasolina en una fogata. En ese instante el sujeto, cuya identidad aún no fue confirmada, intentó romper el bloqueo y atropelló a la mujer identificada como María Tiain Yaraipimayor, que fue auxiliada por los vecinos y posteriormente por los Bomberos Voluntarios que la trasladaron hasta la Caja de Salud Cordes de la capital trinitaria.

El médico Boris Quezada, del servicio de emergencias de Cordes de Trinidad, informó que la vida de la mujer no está en riesgo, pero se encuentra internada ante las lesiones causadas por la embestida. La mujer adulta presentó lesiones en el cráneo y la cadera.

 

"Ha sido admitida con dolor de cabeza, un edema, politrauma, policontusión. Hemos hecho el diagnóstico y no refiere más detalle, es decir no hay referencia de alguna otra patología", explicó.

"Estaba en una mesa y el automóvil pasó a gran velocidad, provocando golpes. Permanecerá internada hasta mañana y luego será evaluada nuevamente", agregó.

Los mototaxistas que presenciaron el hecho iniciaron una persecución para dar con la captura del sujeto que se refugió en su domicilio. Hasta ahí llegó la Policía para arrestarlo, sin embargo, al momento de trasladarlo hasta celdas de la comisaría una turba de personas enardecidas realizaron un cordón humano para impedir su salida.

Los agentes gasificaron a las personas para dispersarlos y condujeron al sujeto hasta la Felcc de Beni. En ese trance, un grupo de personas destruyó y quemó el rodado del hombre como señal de repudio por la acción violenta.