El viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, responsabilizó a Morales de “forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez".
18/01/2022 20:33
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El viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Freddy Bobaryn, criticó al “jefazo” del Movimiento al Socialismo (Evo Morales) y a su entorno que denominó “jefismo”, al que responsabilizó de “forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez”. Además, salió en defensa de la imagen del vicepresidente David Choquehuanca ante los ataques de la élite de dirigentes privilegiados.
Bobaryn escribió un artículo denominado ‘El síndrome de hubris y la lucha por el poder’, mismo que fue publicado en el periódico gubernamental, donde critica al líder del MAS y a su entorno, por haber forzado la reelección para un cuarto mandato presidencial.
“El jefismo rompió el techo de cristal cuando atribuyó a las organizaciones sociales la obstinación de forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez. Porque fue una situación que contribuyó a crear un rechazo -no menos apasionado- de una sociedad ya estupefacta ante una narrativa que justificaba la vulneración de Derechos Humanos”, señala en el escrito.
Describe la “soberbia de quienes profesaban verdades absolutas nubló la posibilidad de generar espacios de autocrítica, reflexión y reconducción del Proceso de Cambio”. Lo que provocó “rupturas y desalineamientos que llegaron de la mano de la desmoralización de la militancia y de las organizaciones sociales, a quienes no se dudó de acusar de ‘traición’, cuando estas planteaban el mínimo cuestionamiento”.
Acotó que “El entorno que justificó teóricamente la indispensabilidad de la presencia del jefazo como única garantía de unidad en el país, se equivocó”. En ese escenario, y como sucedió en el estalinismo, en el MAS también se realizaron “purgas y persecuciones internas, que procuraron calumniar y deponer a David Choquehuanca, por el temor que éste pudiera desplazar al jefazo”.
Y que actualmente se continúan “orquestando ataques sistemáticos, que buscan desprestigiar a quien es el principal ideólogo y pieza clave en la construcción de la filosofía del Vivir Bien”, en relación a quien ahora es el segundo hombre del Estado.
Afirmó que la permanencia de Evo en el poder propició la configuración de “una élite dirigente privilegiada, cuyos miembros terminaron por integrarse clientelarmente a un mando hegemónico, secuestrando los genuinos y legítimos intereses de los sectores a los que decían representar”.
Indicó que mientras esto sucedía, “el entorno” se preocupaba en darle una mano a las logias terratenientes de Oriente, incluso cuando estas no dudaban en financiar el golpe a través de Luis Fernando Camacho”.
Considera que fue tarde cuando se puso “cable a tierra”, porque cuando se intentó abrir la negociación ya no era posible una segunda vuelta, toda vez que las protestas callejeras clamaban una renuncia irrevocable.
“En las elecciones anuladas del 2019 -en menos de tres semanas- pasamos de declararnos ganadores, a denunciar un golpe de Estado, para finalmente provocar una renuncia colectiva, que descabezó a todas las autoridades electas que podían asumir la sucesión constitucional de la Presidencia del Estado. Terminando atrapados en chicanerías legales que buscaban manipular la CPE, todos espectamos cómo se recurrían a viejas prácticas neoliberales, propias de quien carece de legitimidad, este momento de debacle, corroboró que este período había llegado a su fin”, afirma.
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