Profesor que agredió a una niña de 9 años dijo que "fue sin querer y por estrés"

Una familia vive momentos de angustia y frustración luego de que su hija de nueve años sufriera una agresión física por parte de su profesor dentro de una unidad educativa en la ciudad.

El hecho ocurrió el pasado viernes 21 de marzo, cuando el docente, según relató la madre, levantó bruscamente a la menor desde el mentón, alzándola unos 20 centímetros del suelo, y luego la soltó, provocándole un esguince cervical.

"Mi hija comenzó a sentirse mal ese mismo día, la llevamos al hospital. Le sacaron placas y nos confirmaron el diagnóstico: esguince cervical. Fue ocasionado por el profesor. De inmediato fuimos al colegio, pero el docente no se encontraba porque era su día libre", relató la madre, visiblemente afectada.

Los padres, Jhovana y Melvin, intentaron dialogar con las autoridades escolares el lunes siguiente, llevando consigo las radiografías y el informe del radiólogo. Durante la reunión con los directores y el profesor, este último admitió el hecho, alegando que fue "un momento de estrés".

"Yo le pregunté por qué tocó a mi hija, por qué la levantó. Solo decía que fue sin querer. ¡¿Cómo sin querer?!", expresó la madre, con impotencia. “Dijo que estaba estresado, que los niños lo rodearon y fue un impulso. Luego, simplemente pidió disculpas y dijo que no hablaría más sin su abogado”.

Lejos de recibir apoyo institucional, los padres denuncian que el director del colegio intentó minimizar la gravedad del hecho. Sin informarles previamente, acudió a la Defensoría del Niño, donde asentó una versión que omitía la lesión sufrida por la menor.

"Cuando nosotros fuimos con las placas y el diagnóstico, nos dijeron que el director había dicho otra cosa. Solo entonces nos derivaron al Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF)", explicó el padre.

En IDIF, la situación fue igual de frustrante. La madre asegura que la médico forense se negó a evaluar a la niña por no contar en ese momento con el certificado médico, el cual recién fue entregado cinco días después, el 31 de marzo. A la fecha, aún no les han indicado cuántos días de impedimento tiene la menor.

Consecuencias emocionales y físicas

La familia relata que la menor sigue con dolores frecuentes, ha tenido que dejar sus clases de danza —pertenecía a la escuela Revolution Jazz— y vive con miedo de volver a la escuela. "Mi hija le tiene terror al profesor. Una opción que nos dieron fue que asista con un vigilante al aula, pero es absurdo, mi hija no puede estar así", dijo el padre.

Frente a esta situación, las autoridades ofrecieron la alternativa de clases virtuales, aunque sin una fecha clara de retorno. “Nos dijeron que el proceso puede durar de tres a cuatro meses. Es mucho tiempo para que una niña esté alejada de sus actividades”, lamentaron.

Amenazas y presión social

La familia también denuncia haber recibido amenazas por parte de algunos padres de familia, quienes les han exigido que detengan las acciones legales contra el educador.

"Nos están amedrentando. Pero esto es una agresión física, no puede quedar impune. El profesor ni siquiera ha tenido la dignidad de llamarnos o preguntar cómo está nuestra hija", expresó el padre, con impotencia.

Jhovana y Melvin exigen que se haga justicia. Su hija continúa bajo observación médica y no puede llevar una vida normal debido al trauma físico y emocional. "Lo único que queremos es que este hecho no quede en la impunidad. No queremos que otra familia pase por lo mismo", concluyó la madre.