Ratifican detención domiciliaria para el “Choko Burguer”

La Sala Penal 4 del Tribunal Departamental de Justicia ratificó la detención domiciliaria de Félix Peña Cabrera, conocido como el “Choko Burguer”, tiene una sentencia de 30 años de prisión por el feminicidio de su esposa Jhoselin Aguilar.

Pese a los riesgos continuará con detención domiciliaria con derecho al trabajo hasta que su sentencia sea ejecutoriada en Sucre. Los vocales ratificaron, en todos sus aspectos, la resolución del Tribunal de Sentencia 1 de Sacaba en la audiencia de apelación y modificación de medidas cautelares.

La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, lamentó la decisión de los vocales y no descartó asumir acciones constitucionales para evitar que sentenciados por feminicidio, sean beneficiados sin considerar los riesgos para las víctimas y la perspectiva de género.

Los vocales alegaron que el sentenciado ya está 10 meses encerrado en su casa de la misma manera y que en ese lapso no se dijo nada. Sin embargo, no estamos de acuerdo porque quien debió velar y verificar que la vivienda reúna las condiciones para el arresto debió ser el Tribunal. La situación judicial de Peña es otra porque esos 10 meses era sospechoso y ahora es un condenado que puede darse a la fuga para evitar cumplir la pena máxima”, aseveró.

Asimismo, hicieron conocer que una de las hijas, de 18 años, que declaró contra su padre en el juicio oral sufre episodios de ansiedad porque vive al frente de la casa donde su padre guarda detención domiciliaria. Además, el Choko Burguer tiene autorización para salir a la puerta de su domicilio y vender hamburguesas haciéndole competencia a su hijo mayor, quien se hizo cargo del negocio de su madre para poder mantener a sus hermanos menores.

Jhoselin Aguilar fue asesinada 11 días antes de su boda, el 13 de marzo de 2018. El Choko Burguer sostuvo que delincuentes ingresaron a su vivienda y mataron a su esposa, de 43 años. Las investigaciones señalan que el “Choko Burguer” planificó la muerte de su esposa para poder gastar el dinero como él quería. Actuó en complicidad con su cuñada, Roxana Aguilar, quien fue sentenciada a 15 años de presidio; también Norma Cruz, empleada de la familia, recibió un año y tres meses de prisión por encubrimiento.