Tres niños se suman a las víctimas de secuestros en el Chapare: 13 casos en lo que va del año

En lo que va del año, la zona del Chapare en Cochabamba ha sido escenario de trece secuestros, generando una creciente preocupación en la comunidad. Estos casos de plagio han dejado a los familiares alarmados y exigiendo mayores medidas de seguridad. En los últimos días, tres menores fueron secuestrados en el Trópico cochabambino.

La pasada jornada (lunes 28 de agosto) se conoció un nuevo secuestro que se registró en Cochabamba, donde un grupo de encapuchados y armados irrumpieron en dos viviendas del sindicato de Ivirgarzama y se llevaron en un vehículo a dos niños, de 5 y 7 años de edad.

Posteriormente se supo que se comunicaron con la familia para pedir rescate por los pequeños a cambio de liberarlos. La madre, totalmente desesperada, realizó la denuncia a la Fuerza de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en el Trópico. Familiares y vecinos del área se movilizaron en búsqueda junto con efectivos de la Policía, que cerraron la vía que conecta Cochabamba con Santa Cruz para cercar a los secuestradores. Finalmente, el grupo de encapuchados abortó el secuestro y abandonó a los niños en una comunidad, según informó el subdirector de la Felcc, Edson Fernando Coca.

Cabe recordar que, este es el segundo secuestro en menos de un mes en la región del Trópico de Cochabamba. El pasado martes 15 de agosto, Luis AA, un niño de 12 años de edad, fue secuestrado en la puerta de su casa en el municipio de Ivirgarzama. 

No obstante, un día después y cerca de la medianoche del miércoles 16 de agosto, los raptores del niño secuestrado en Ivirgarzama abandonaron al menor en el municipio de Chimoré, tras cobrar una suma cercana a cien mil dólares. De acuerdo con reportes preliminares, el menor fue abandonado en la parada 2 de Junio de esa localidad del trópico cochabambino.

Además, los antisociales pidieron a la familia que retire la denuncia presentada ante la Policía. Preliminarmente se conoce que los malhechores conforman un grupo que ya tuvo que ver con otros secuestros por la zona.

Los secuestradores fueron descritos como miembros de bandas criminales, quienes llevaron a cabo estas acciones con el objetivo de obtener importantes sumas de dinero como rescate. En varios de los casos, los captores exigieron cifras millonarias para liberar a sus víctimas, lo que generó una gran presión tanto para las familias afectadas como para las autoridades encargadas de las investigaciones.