Vuelven los bloqueos en el Valle Alto pese a intervención policial y movilización ciudadana

A menos de 24 horas de que pobladores del Valle Alto —de municipios como Punata, Tolata, Cliza y San Benito— se movilizaran para levantar los bloqueos en la carretera con apoyo de la Policía, este martes se volvieron a reportar nuevos puntos de obstrucción en sectores como el Cruce Tarata y La Angostura. La tensión se mantiene y la incertidumbre crece entre los ciudadanos.

Ayer lunes, decenas de personas se movilizaron para recuperar la transitabilidad en la vía. En el sector de La Angostura se registraron momentos de alta tensión, con enfrentamientos entre bloqueadores y vecinos del Valle Alto, quienes contaron con el respaldo de efectivos policiales. En el kilómetro 8 de la avenida Petrolera, la intervención incluyó el uso de agentes químicos para dispersar a los manifestantes que respondían a sectores afines al expresidente Evo Morales.

En el Cruce Tarata, uno de los puntos más conflictivos, al menos 10 personas fueron arrestadas durante el operativo de desbloqueo. Tras ello, la Policía permaneció en el lugar para evitar la reinstalación de bloqueos. Sin embargo, este martes la situación dio un giro inesperado: los bloqueadores regresaron, reinstalaron sus puntos de protesta y prendieron fuego a neumáticos, desafiando abiertamente la intervención del día anterior.

“Este es un perjuicio, no puedo creer que esto siga… esta medida afecta a todos”, expresó con frustración un ciudadano que se dirigía a pie por la carretera mientras intentaba remover piedras con sus propias manos.

Otra transeúnte que se identificó como vecina de Tarata aseguró que muchas de las personas que se encuentran en los puntos de bloqueo “están siendo obligadas a participar”, incluyendo a personas de la tercera edad y jóvenes, y pidió al resto de la población que colabore para despejar el camino: “La gente que venga, que vaya abriendo el camino”, añadió.

La reapertura de los bloqueos genera un clima de creciente tensión y agotamiento social, mientras se intensifica el rechazo ciudadano frente a estas medidas de presión que afectan el libre tránsito, la economía y la convivencia en la región.