“¡Confiamos y estalló la verdad!”: Padres indignados por los malos tratos en Centro Infantil

La indignación ha estallado en la población cochabambina tras conocerse las denuncias de maltrato infantil en un centro privado que supuestamente brindaba atención especializada a niños con necesidades especiales.

La directora del establecimiento se encuentra con detención preventiva, mientras las investigaciones avanzan bajo la dirección de la Defensoría de la Niñez, la Dirección de Género Generacional y el Servicio de Desarrollo Personal y Social (Sedepos).

"Este tema ha generado una profunda indignación en la ciudadanía, pero queremos ampliar la información respecto a esta detención y al procedimiento legal que se está desarrollando", declaró en entrevista Tatiana Herrera, directora de Género Generacional de la Alcaldía de Cochabamba. La funcionaria confirmó que se están tomando nuevas declaraciones a padres.

Además, se ha identificado a una educadora como cómplice activa en los maltratos, y hay otras que están siendo evaluadas. "Todos estos elementos serán trasladados al Ministerio Público", afirmó Herrera. También se ha detectado que el centro operaba sin certificar al personal como exige la normativa. "Hasta ahora no se ha podido verificar que las educadoras contaban con títulos válidos, pese a que se ofrecía atención especializada para niños con trastornos del espectro autista", explicó.

La directora ahora detenida contaba únicamente con un título en parvularia, pero carecía de formación específica para tratar con niños con condiciones especiales. “Los padres confiaron en ella no solo por lo que prometía, sino porque el servicio no era barato. Se sentían seguros, hasta que estalló la verdad”, agregó Herrera, quien también pidió pericias psicológicas para los agresores, “para revelar la estructura mental de esta mujer que manipuló a tantas personas”.

Una de las voces más estremecedoras del caso es la de Rosa Antelo, madre de un niño víctima con diagnóstico de autismo leve. Con la voz entrecortada relató los abusos: “Los bañaban con agua fría si se hacían popó, les embutían la comida hasta que vomitaban y les obligaban a tragar su propio vómito”.

El horror fue confirmado por el testimonio de una trabajadora del centro, que decidió confesar los abusos tras mucho tiempo de silencio. “Todos los padres percibimos cambios en nuestros hijos, pero ella siempre tenía excusas”, dijo Rosa. Las cámaras de vigilancia, que podrían haber esclarecido los hechos, “nunca fueron mostradas por la directora”, denunció.