“Fue una pesadilla”: velan a Carlos Daniel, el adolescente arrastrado por el río Grande

Luego de seis angustiantes días de intensa búsqueda, la familia Rodríguez Sandóval logró encontrar el cuerpo sin vida de Carlos Daniel, un adolescente de 15 años que fue arrastrado por las aguas del río Grande, en la zona de Paurito, Santa Cruz.

"Gracias a Dios encontramos a mi hijo después de seis días. Lo hallamos ayer, como a la 13:30 de la tarde, unos dos kilómetros río abajo del lugar donde se hundió", relató entre lágrimas el padre del menor, quien junto a su familia había acudido al lugar para pasar un día de campo y celebrar el cumpleaños de una de sus hijas.

Carlos Daniel, quien cursaba secundaria, fue arrastrado por la corriente mientras intentaba pescar con sus hermanos y hermanastros. "Mi hermano se desesperó. Nadó contra la corriente en vez de a favor y ya no pudo salir. Estaba hondo, nadie pudo ayudarlo. Ni los pescadores más adelante", explicó su hermana con profunda tristeza.

El fatídico suceso ocurrió cerca de las 14:00 horas de ese día. “Era un buen chico. Me duele harto. Una pérdida que jamás pensé llorar, pero lloré hasta no poder más”, expresó el padre, quien también relató que toda la familia quedó devastada por la tragedia.

El cuerpo del joven fue velado en el barrio Los Pinos, zona sur de Santa Cruz, donde familiares, vecinos y compañeros de colegio acudieron para darle el último adiós. Su sepultura está prevista para las 17:00 de esta tarde.

“Él era mi único hermano varón, mi mellizo. Ahora somos cinco. Lo que más quería era ir a pescar ese día, y fuimos por eso y por el cumpleaños de mi hermana. Al final, todo se convirtió en una pesadilla”, agregó la hermana del adolescente, visiblemente afectada.

Carlos Daniel fue recordado por sus amigos como un joven educado, buen estudiante y solidario. “Era un gran amigo, siempre compartía con nosotros, nos gustaba jugar partidos en la cancha del recreo. Lo vamos a extrañar mucho”, compartió uno de sus compañeros.

La tragedia deja una profunda marca en la familia Rodríguez Sandóval y en toda la comunidad de Santa Cruz. Lo que iba a ser un día de celebración terminó en una irreparable pérdida, marcada por el dolor, la impotencia y el recuerdo de un joven que partió demasiado pronto.