“Mi hijo quiere vivir”, dijo la mamá de Adair que tiene dos tumores en el corazón

Adair Villegas, un joven de 27 años, se encuentra en una lucha diaria por su vida. Este valiente estudiante de enfermería fue diagnosticado con dos tumores en el corazón—uno externo y otro interno—una condición extremadamente rara que afecta a una de cada 20 millones de personas. Desde hace tres meses, Adair está en Argentina, donde recibe quimioterapias que se han convertido en su única esperanza.

La historia de Adair comenzó el 6 de junio, cuando decidió hacerse unos estudios tras sentir un malestar que creía leve. Sin embargo, los rayos X revelaron manchas en sus pulmones y corazón, y el diagnóstico cambió su vida por completo. “Nunca antes había tenido síntomas; todo se presentó de golpe”, relata con la voz entrecortada.

Su madre, con lágrimas en los ojos, describe a su hijo como un joven noble y cariñoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás. “Dios nos puso esta prueba en el camino. Pedimos ayuda a la población, porque cada quimioterapia tiene un costo de 50 mil bolivianos”, expresó, mostrando la dura realidad que enfrenta cada 21 días. La familia, originaria de Pucará, Vallegrande de Santa Cruz, ha tenido que tocar varias puertas en busca de financiamiento para costear el tratamiento.

El costo de cada quimioterapia se ha convertido en una carga insostenible para la familia. “No puedo estar con él en Argentina, y cada vez que necesito dinero, debo rogar por ayuda. Adair necesita más quimioterapias y estudios adicionales. Su cirugía está programada, pero no se puede realizar hasta que los tumores disminuyan”, explica su madre, con una mezcla de desesperación y esperanza.

A pesar de su situación, Adair mantiene el ánimo. “Lucho por mi vida y por cumplir mi sueño de ser enfermero. Quiero ayudar a otros como a mí me están ayudando”, afirma. Su historia ha conmovido a quienes la conocen, y la familia lanza un llamado urgente a la solidaridad de la población.

La lucha de Adair es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la comunidad en momentos de crisis. Si deseas contribuir a su tratamiento, cualquier donación puede marcar la diferencia en su batalla contra esta enfermedad. La esperanza de un joven enfermero depende de la generosidad de quienes lo rodean.