¡Por una polera! Una mujer y niño se enfrentaron a ‘jalones’ por el preciado souvenir

El estadio José Amalfitani fue escenario de un episodio sorprendente tras el empate 0-0 entre Vélez y Lanús por la Liga Profesional de Argentina. Aquel que, en principio, parecía ser un gesto generoso del jugador Agustín Bouzat, terminó transformándose en un tenso enfrentamiento entre un niño y una mujer, dejando una imagen que no pasó desapercibida.

Tras haber hablado con la prensa, el volante del Fortín lanzó su camiseta hacia la Platea Norte, buscando regalar una alegría a los hinchas. Lo que en principio era un simple obsequio se convirtió en una disputa casi surrealista.

Cuando la camiseta aterrizó entre la multitud, un niño y una mujer se lanzaron sobre ella al mismo tiempo, desencadenando una escena de forcejeos. En pocos segundos, la mujer logró aferrarse al codiciado souvenir y guardarlo en su bolsa, dejando al pequeño desconsolado y en lágrimas.

El ambiente en las gradas cambió inmediatamente, y los espectadores cercanos comenzaron a expresar su descontento con la actitud de la mujer. Uno de ellos, visiblemente indignado, se acercó a ella exigiendo que le entregara la camiseta al niño: “¡Se la dio al nene! ¡Está llorando, te debería dar vergüenza!”, le recriminó, sin obtener respuesta. La mujer, sin embargo, se mantuvo firme en su versión: “A mí me la dio”, replicó, mientras sostenía la camiseta como un trofeo.

El conflicto escaló rápidamente, atrayendo la intervención de la seguridad privada, que intentó mediar en la situación sin éxito. Fue entonces cuando la presión colectiva de los hinchas se hizo sentir: los gritos de los espectadores exigían que la mujer cediera y permitiera que el niño se llevara el regalo.

Finalmente, con visibles muestras de resistencia, la mujer accedió a la demanda popular. La entrega de la camiseta al pequeño fue recibida con una ovación por parte de los hinchas, como si de un gol se tratara. El niño, ahora dueño del codiciado obsequio, posó con la camiseta entre lágrimas de emoción, convirtiéndose en el verdadero protagonista de la noche, dejando atrás el episodio de tensión que había sacudido la platea del Amalfitani.