¿Quién dijo que la historia no se canta? “Profe Histórico” innova cantando y haciendo virales sus clases

En una época en la que captar la atención de los estudiantes se ha vuelto un verdadero reto, un profesor cusqueño (Perú) ha encontrado la fórmula perfecta para mantenerlos no solo atentos, sino emocionados por aprender historia. Se hace llamar “Profe Histórico”, pero detrás del apodo viral está Juan Quispe Aguilar, un docente que ha conquistado TikTok, y los corazones de sus alumnos, con una fórmula explosiva: disfraces, rap, reguetón y mucha, pero mucha pasión por enseñar.

¿El secreto de su éxito? Convertir la historia en un espectáculo vivo y participativo. En lugar de limitarse a libros polvorientos y largas exposiciones, Juan se transforma literalmente en personajes históricos: un día es Túpac Amaru, al siguiente Simón Bolívar o un revolucionario francés. Y no solo se disfraza: también rapea, baila, canta y convierte su aula en un escenario donde los siglos pasados cobran vida con ritmo y color.

En TikTok ya es una sensación. Sus videos que muestran desde clases convertidas en batallas de rap hasta explicaciones rimadas al ritmo de reguetón se comparten como pan caliente. Gracias a su estilo único, miles de usuarios en redes sociales aplauden su creatividad y lo consideran un ejemplo de cómo reinventar la educación.

“Los chicos están en las redes, así que yo también debo estar ahí. Si quiero que aprendan, debo hablar en su idioma”, explica con una sonrisa el profesor, quien enseña en una escuela de las zonas altas del Cusco. En su aula, la historia ya no es algo aburrido del pasado: es presente, movimiento, emoción.

Pero más allá del show, Juan Quispe también levanta la voz por algo muy serio, pide apoyo a las autoridades para mejorar las condiciones educativas en las comunidades rurales del Cusco, donde aún falta conectividad, recursos y capacitación docente. “Hacemos lo que podemos con lo poco que tenemos, pero los chicos merecen más”, afirma.

“Profe Histórico” no solo enseña historia. Está haciéndola. Con cada clase, con cada verso, con cada disfraz, demuestra que educar también puede ser un acto de arte y resistencia.

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