El IBCE pide biotecnología para no arriesgar la seguridad alimentaria

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), pidió al gobierno homologar el uso de la Biotecnología para no arriesgar la seguridad alimentaria del país. El gerente general del Ibce, Gary Rodríguez afirmó que en algunos casos ya se estarían utilizando de ‘forma ilegal’, esta tecnología en cultivos de maíz, algodón y soya.

“La biotecnología está a disposición de todos, lo que necesitamos es que haya una homologación de esos eventos, que, por cierto, de una forma ilegal, ya se está utilizando en caso del maíz, del algodón y en caso de la soya, y nos queremos hacer como que no pasa nada”, ´puntualizó Rodríguez.

En este sentido, el Ibce se solidarizó con los productores de la zona Este del departamento, que vieron todos sus esfuerzos perdidos por la sequía más fuerte registrada en los últimos 30 años.  

Desde el Ibce aseguran que, si los productores no son rápidamente socorridos, no tendrán la capacidad de encarar la siembra de invierno. “Esto también puede presentar una baja, no solo por la sequía, sino también por la imposibilidad de que los productores endeudados, puedan conseguir recursos para acometer con cultivos de trigo, sorgo o de maíz”, señaló el representante del Ibce.

Según Rodríguez, lo menos que se espera, es una actitud pragmática por parte de las autoridades. “Imitemos lo que otras ciudades están haciendo, no intentemos reinventar lo que otros ya inventaron, a costa de miles y millones de dólares y decenas de años de investigación”, afirmó el gerente del Ibce.

El martes 9 de abril, la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), informó que la sequía afectó alrededor de 6.000 familias productoras que, ante las cuantiosas pérdidas quedaron sin dinero para poder pagar sus deudas bancarias, y el pago de los insumos adquiridos con los proveedores, poniendo en peligro la futura siembra.

Tras realizar un reciente relevamiento de datos, los productores de soya dieron a conocer que este año habrá una alarmante reducción productiva de al menos 800 mil toneladas, en comparación con la campaña de verano 2022-2023, con una afectación económica que oscila los $us 300 millones para toda la cadena de valor que se enlaza con la soya.