Controversia por la muerte de una mujer taxista en México, donde la Gobernadora de Veracruz insiste en que la mujer taxista murió por un infarto.
30/07/2025 11:39
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La conferencia de prensa de la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, que buscaba dar un parte oficial sobre el asesinato de la maestra jubilada y taxista Irma Hernández, terminó desatando una tormenta política y mediática.
“Es de miserables a una familia enlutada llevarlo a niveles de escándalo. Hay una familia enlutada”, declaró Nahle al insistir en que la mujer murió por un infarto tras ser violentada, y no por tortura o asesinato, como sostienen los medios y la Fiscalía, que ya detuvo a cuatro personas.
Pero la respuesta de los periodistas no se hizo esperar. En un editorial que se ha vuelto viral, uno de ellos escribió: “Ay, gobernadora, esta es mi respuesta. Sí, soy un miserable porque me duele que una mujer de 62 años, maestra jubilada y taxista, fuera secuestrada, golpeada y exhibida en un video como escarmiento. Soy un miserable por no aceptar que le digan infarto a lo que fue tortura y muerte. Soy un miserable por creer que una gobernadora no está para lavar culpas, sino para proteger vidas”.
Las reacciones en cadena de otros medios coincidieron, minimizar un feminicidio y desviar la atención de un crimen brutal hacia una disputa semántica es “el verdadero acto de miseria”.
El caso de Irma Hernández Cruz ha sacudido a Veracruz. El 18 de julio fue secuestrada en Álamo Temapache. Días después apareció un video de 26 segundos que heló al país: rodeada de doce hombres armados, la mujer, visiblemente golpeada, lanza un mensaje forzado a los taxistas para pagar cuotas al grupo criminal La Mafia Veracruzana. Pocos días después, su cuerpo apareció sin vida.
Durante la conferencia, la gobernadora reiteró: “Después de ser violentada, desgraciadamente padeció un infarto, les guste o no les guste”. Y al mismo tiempo, en una contradicción evidente, habló de “cuatro detenidos por el asesinato de la maestra”.
El médico legista José Eduardo Márquez, autor de la necropsia, confirmó ante cámaras que el cuerpo presentaba “múltiples lesiones en diferentes partes… la persona fue violentada, es un hecho que no tiene palabras”.
La frase “es de miserables” se convirtió en tendencia nacional, pero no contra los medios, sino contra un gobierno que, según periodistas y organizaciones civiles, pretende minimizar la violencia en un estado sitiado por la extorsión y el crimen organizado.
Uno de los cierres más compartidos de la respuesta periodística resume el sentir de la indignación pública: “Escándalo no es lo que decimos. Escándalo es lo que sucedió y ustedes tratan de callar. Si exigir justicia por la maestra Irma Hernández me hace un miserable, entonces no quiero ser otra cosa”.
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