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Le negaron la eutanasia y se dejó morir

La historia desgarradora de una menor de 17 años que dejó de comer y beber para poner fin a una vida de sufrimiento tras ser violada

05/06/2019 18:17

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Con la autorización de sus padres, Noa Pothoven, decidió poner fin a su vida después de años sufriendo estrés postraumático, depresión y anorexia, consecuencia de los abusos sexuales que sufrió de pequeña, según confirmó su hermana.

Tras no poder recibir la eutanasia, la menor decidió "parar de comer y beber, lo que ha provocado su muerte", según informa Newtral tras contactar con la asociación holandesa NNVE, especializada en educar sobre eutanasia y suicidio asistido en Holanda.

Con solo 17 años ya había sufrido hasta tres casos de violencia sexual: con 11 y 12 años sufrió abusos y con 14 fue violada por dos hombres.

Noa Pothoven fue hospitalizada en varias ocasiones tras algunos intentos de suicidio. Su familia buscó distintos tipos de tratamientos psiquiátricos incluso se plantearon terapia con electroshock, pero fue rechazada debido a su corta edad. Noa insistió en que no quería más tratamientos y se instaló en una cama de hospital que llevaron a casa y se entregó al cuidado de sus padres. 

La niña, conocida en Holanda por haber escrito su autobiografía titulada "Winnen of leren" (Ganar o aprender, en holandés), en la que reconocía haber sido víctima de abusos sexuales y agresiones cuando era más pequeña, se despidió de sus seguidores en la red social Instagram anunciando que había decidido poner fin a su vida.

"No me voy a andar con rodeos: voy a estar muerta como mucho en diez días. Tras años de lucha, mi lucha ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva", escribió en su mensaje de despedida.

Según relató, había dejado de comer y beber durante un tiempo y subrayó que estaba todavía respirando pero sin estar viva, lo que la llevó después de muchas conversaciones y revisiones a suicidarse rodeada de sus padres y amigos, y todos los seres queridos. Sus padres y los médicos acordaron no obligarla a ser alimentada.

Noa Pothoven solicitó la eutanasia a 50 equipos de doctores y enfermeros que practican estos procesos desde el propio hogar. La eutanasia puede ser solicitada desde los 16 años en Holanda, pero los padres deben estar informados. En el caso de Noa, sus padres no sabían que ella pidió este tratamiento, según el diario Gelderlander.

En su libro, la joven explicó que había "ocultado las violaciones por vergüenza y miedo" y reconoció haberse acercado, sin compartir la idea con sus progenitores, a la clínica Levenseinde (final de vida, en holandés), situada en La Haya, donde preguntó por las posibilidades que existían.

"Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio", escribió en su biografía.

La menor, de la ciudad holandesa de Arnhem, ya afirmó en su autobiografía, publicada hace un año y premiada varias veces en Holanda, que "no tenía ningún significado" seguir con vida porque no había logrado superar los problemas psicológicos desde que sufrió los abusos.

En la última etapa de su vida, había sido ingresada en tres instituciones de atención a menores, pero según denunció su madre, la niña debía estar en un centro psiquiátrico, pero hay una larga lista de espera en Holanda.

Noa agregó que nunca sintió que estaba viva, sino que sobrevivía, escribiendo: “Respiro, pero ya no vivo”. Hoy descansa en paz.

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