La vida a contrarreloj: El conmovedor testimonio de Leonardo, quien transforma la ELA en una lección de resiliencia

Leonardo Landívar tiene 35 años y vive con ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), que genera dificultad para moverse. Cuando fue diagnosticado, en 2020, sintió que le impusieron un reloj con "una cuenta regresiva constante".

"Nadie te enseña a vivir sabiendo que todo puede acabarse tan pronto. No es solo el miedo a morir, es el dolor de pensar en todo lo que vas a perder; momentos, personas, oportunidades, hasta las cosas más simples. Desde ese instante, todo en tu vida se ve diferente", afirmó Leonardo, asistido con una computadora.

Antes de conocer su enfermedad, vivía una vida plena, con muchos logros y muchas metas aún por cumplir. "Fue como si el tiempo se detuviera y la vida me gritara que mire más cerca, más adentro. Empecé a descubrir la belleza que hay en lo simple, aprendí a valorar el presente", agregó.

En 2020, conoció el devastador diagnóstico y tuvo que escuchar que tenía solo cinco años más de vida. Ante este panorama, decidió ser fuerte, apoyándose en su familia, su esposa y su hija. Valeria, su esposa, expresó, entre lágrimas, su admiración por la paciencia y fuerza de Leonardo.

"El año pasado fue un infierno, estuve internado casi todo el año, enfrentando complicaciones. Llegaron a decirme que debía quedarme a vivir en la clínica. Hubo momentos en los que sentí que ya no podía más. Pero el cuerpo resistió y acá estoy, convencido de que es por algo más grande y solo Dios lo sabe", aseguró. 

Para Leonardo, cuando el cuerpo ya no puede más, el amor es el que te sostiene.

"Ya no lucho contra nada. No me levanto cada día para pelear, sino para vivir, para ser feliz sin condiciones. Me lo propuse, aunque a veces duela, no importa la situación, solo importa seguir siempre hacia adelante. La vida no se mide en batallas ganadas, sino en los instantes que decidimos sonreír", agregó.

Comentó que aprendió a vivir con la enfermedad, sin dejar que lo defina. "Lo que importa no es lo que el cuerpo carga, sino lo que el alma decide abrazar", complementó.

Recomienda a los jóvenes, abrazar la vida, con sus luces y sombras, el simple hecho de estar vivos ya es un milagro, que no esperen tener todo para ser felices, porque lo esencial no se compra, se siente, que agradezcan siempre.

"No se trata de contar los minutos, sino de atesorar los momentos que nos hacen vibrar. Siempre hay motivos para sonreír y ser feliz", dijo.