“Todo sirve”: El drama de muchas personas que buscan alimento entre la basura para sobrevivir a la crisis

En medio de la actual crisis económica y la creciente alza de precios en los productos de la canasta básica familiar, una imagen cruda se repite cada vez con más frecuencia en los centros de abastecimiento: personas, en su mayoría adultos mayores, escarbando entre los contenedores de basura para rescatar lo que otros desechan. Frutas, verduras, sobras. Todo sirve.

Este fenómeno, que siempre ha existido de manera marginal, se ha incrementado visiblemente en los últimos meses.

“Tomate, papa, cebolla, coliflor, zanahoria... ahora peor con lo que han subido los precios. En los mercados está todo carísimo, por eso venimos a buscar acá lo que podemos”, cuenta un hombre mientras revisa un contenedor, mostrando las bolsas con productos que ha logrado recuperar.

Detrás de esta búsqueda desesperada de alimentos, no sólo hay hambre, también hay dignidad. Lo que para muchos es basura, para otros representa una comida en la mesa.

“Hay mucha gente que se busca verduras, papas, cebollas para comer. A veces por una bolsa se están peleando”, cuenta una trabajadora de limpieza de un mercado, que también observa cómo la necesidad se abre paso entre los residuos.

El fenómeno revela el grave deterioro del poder adquisitivo de miles de familias que ya no pueden costear productos básicos. A diario, decenas de personas se acercan a los mercados no a comprar, sino a buscar entre los restos aquello que aún puede aprovecharse.

En una ciudad donde el desperdicio convive con la necesidad, “todo sirve” ya no es una expresión al pasar, sino el testimonio de una realidad.