Juan Paz y Miño opina que desde Washington se pondrá la mira sobre los gobiernos del segundo ciclo progresista en América Latina
08/11/2020 16:00
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Si bien el demócrata Joe Biden ha sido declarado como el ganador a la Presidencia tras conseguir más de los 270 votos electorales necesarios para el triunfo, aún no se ha cerrado nada, porque este proceso se encuentra en la etapa de demandas, donde están analizando todo lo ocurrido en la elecciones y puede llevar su tiempo.
Sin embargo, esa virtual victoria está siendo apelada por el actual mandatario y candidato a la reelección, Donald Trump, quien ha denunciado un presunto fraude en las elecciones. Pero mientras se resuelven los litigios legales que la campaña de Trump ha comenzado a presentar en algunos estados, ya es casi seguro que Biden será quien tome su lugar en la Casa Blanca el 20 de enero de 2021.
Por eso, la incógnita es qué impacto tendrá su mandato sobre América Latina. Para el historiador y analista político Juan Paz y Miño, la respuesta está en la doctrina Monroe.
En ese sentido se apunta que ni Trump, ni Biden cambiarán la visión que su país tiene con respecto a la región. Y es en ese marco en el que cabe comprender que la victoria de uno o de otro candidato tiene mayores o menores ventajas políticas.
Durante su mandato, Trump logró la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la firma de un nuevo pacto entre México, EE.UU. y Canadá (T-MEC), "para obtener mejores ventajas", dice Paz y Miño. Adicionalmente, el analista destaca el éxito de la Administración Trump en México, al lograr un mayor control de sus fronteras para limitar el flujo de migrantes centroamericanos a los EE.UU.
También estuvo el sensible tema del muro en la zona fronteriza con México, una construcción que ya había comenzado con los anteriores gobiernos de George H. W. Bush, Bill Clinton y George W. Bush. En un mitin en agosto, Trump dijo que durante su mandato se construyeron 480 kilómetros de esa valla, que ya contaba con una extensión de 1.050 kilómetros, de los 3.142 que tiene la frontera.
En esta relación con México, Paz y Miño vaticina que Biden procurará un trato directo con el gobierno mexicano, para evitar este tipo de confrontación puntual sobre el tema migratorio. Justamente el tema migratorio, que es la razón del muro, fue un punto caliente durante el mandato de Trump, principalmente porque desde Centroamérica se intensificó la marcha de cientos de ciudadanos hacia EE.UU.
Miles de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos realizaron varias caravanas con el objetivo de llegar a territorio estadounidense, tras atravesar México.
No obstante, estima previsible que Biden mantenga una política de control migratorio que le convenga a su país. Cuán dura sea o cuán 'pragmática' resulte para Centroamérica dependerá también de la posición que adopten los gobernantes de la región y particularmente México, que con Andrés Manuel López Obrador ha llevado acciones de control interno, pero que han merecido críticas en su propio país.
Venezuela
Para el analista, "en lo esencial, la política exterior de los EE.UU. frente a Venezuela no cambiará". Durante el gobierno de Trump se aplicaron severas sanciones, como las de agosto de 2017, que prohibieron las negociaciones sobre nuevas emisiones de deuda y de bonos por parte del Gobierno y de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), así como los de la deuda pública externa; y las de enero de 2019, luego que Washington reconociera a Juan Guaidó como el "presidente encargado" del país sudamericano, sancionando directamente a la petrolera estatal.
Paz y Miño señala que Biden, al igual que Trump, ha identificado al gobierno del presidente Nicolás Maduro como una dictadura y apela al tema de las elecciones libres, anhelando la salida del chavismo, al que consideran antidemocrático. En esa línea, que es seguro que apoyarán a la oposición, sin descartar los mecanismos paralelos de acciones intervencionistas, recrudeciendo el bloqueo.
Sin embargo, recuerda que Guaidó es obra de Trump, por lo que, según el analista, no es seguro que Biden lo apoye, incluso porque este personaje ha perdido, en el contexto internacional y latinoamericano, su propia imagen política. A estas alturas resulta un estorbo y cada vez tiene menos presencia.
Relación con Cuba
Durante el gobierno demócrata de Barack Obama se avanzó mucho en la búsqueda de mejores relaciones con Cuba, dijo Paz y Miño, señalando que fue una excepción histórica en la política exterior de EE.UU. hacía La Habana que, desde 1960, ha sido la de mantener el bloqueo y atacar al gobierno comunista de la isla.
Sin embargo, el avance de Obama ha sido liquidado por Trump, que retomó la senda del bloqueo agresivo e inhumano, resalta el analista. En efecto, durante el mandato de Trump se recrudeció el bloqueo y se aumentaron las sanciones a la isla, en especial entre 2019 y 2020. Su administración incrementó las restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba —incluyendo los culturales y educativos—, impuso nuevas multas contras bancos extranjeros que operan activos financieros relacionados con La Habana, amplió la lista de organismos y organizaciones cubanas con las cuales tienen prohibidas instituciones estadounidenses establecer contacto, restringió el envío de remeses, entre otras acciones.
Por ciertas declaraciones de Biden, Paz y Miño considera que parecería que se abandonaría esa política agresiva por una más aliviada, aunque duda que se retorne a los niveles que había logrado Obama.
Los nexos con Brasil
Durante este proceso electoral en EE.UU., el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, señaló públicamente que su preferencia era clara y apoyaba la reelección de Trump, con quien, dijo, tenía una buena relación política.
Paz y Miño considera que al mandatario brasilero le vendría mucho mejor el triunfo de Trump, puesto que coinciden los rasgos supremacistas, autoritarios y hasta evangélicos. Bolsonaro incluso criticó a Biden, quien hizo algunos señalamientos contra las agresivas políticas del mandatario brasilero con el medioambiente, en especial en la Amazonía.
Sin embargo, el especialista prevé que con la victoria de Biden, el gobierno brasileño será pragmático y se ajustará plenamente a las estrategias económicas, políticas y de seguridad que se desarrollen en los EE.UU. para el trato con América Latina.
La élite empresarial de Ecuador
Durante el gobierno de Lenín Moreno se retomaron los fuertes nexos de Ecuador con EE.UU. El país sudamericano recibió la visita de varios funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado, Mike Pompeo; el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Shannon; el viceministro para Asuntos Políticos, David Hale; y el vicepresidente Mike Pence.
En febrero de este año, Moreno fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Trump, quien le manifestó su interés de firmar un acuerdo comercial con Ecuador.
En ese sentido, Paz y Miño apunta que el objetivo de Moreno será el de mantener buenos negocios con el mercado norteamericano, ya que eso le garantiza que habrá apoyo de Washington para que no ocurra cualquier giro político en Ecuador que amenace con alterar esa hegemonía.
Para el analista, lo que viene en adelante es que Washington pondrá la mira sobre los gobiernos del segundo ciclo progresista.
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