¿Por qué se pisan las brasas en San Juan? Aquí te contamos su significado

Cada 23 de junio, durante la celebración de la noche de San Juan, comunidades en España y América Latina mantienen viva una práctica ancestral: pisar las brasas ardientes. En municipios como Porongo, en Santa Cruz, Bolivia, esta tradición sigue siendo un acto que mezcla cultura, espiritualidad y desafío personal.

¿Por qué se pisa las brasas?

Aunque las razones pueden variar según la región, entre las explicaciones más comunes están:

Purificación espiritual y física: El fuego es considerado un elemento purificador en muchas culturas. Caminar sobre brasas representa la limpieza del cuerpo y del espíritu, liberándose de energías negativas y malos augurios para iniciar un ciclo nuevo lleno de bendiciones.

Prueba de fuerza y valentía: Pisar brasas no es un acto sencillo. Exige coraje y resistencia, por lo que es también un símbolo de fortaleza personal y determinación frente a los desafíos de la vida.

Conexión con la tradición y la cultura: Esta práctica se transmite de generación en generación como una manifestación de identidad cultural y religiosa, fortaleciendo el sentido de comunidad y pertenencia.

Renovación y bendición: En algunas regiones, pisar brasas está vinculado con pedir prosperidad, salud y buena suerte para el año que comienza tras el solsticio.

La tradición en Santa Cruz y otros lugares

En Porongo y otros municipios cruceños, además de pisar brasas, se mantiene la costumbre de encender grandes fogatas, lanzar fuegos artificiales y realizar rituales como la chicoteada —que según la creencia ayuda al crecimiento físico. En muchos pueblos, la noche de San Juan se complementa con baños rituales en ríos o atajados, simbolizando un bautismo de purificación y renovación.

Precauciones para preservar la tradición

Pisar brasas implica un riesgo inherente de quemaduras si no se toman las medidas adecuadas. Por ello, autoridades locales regulan el uso de fogatas para evitar accidentes y proteger a los participantes. Es fundamental hacerlo con conocimiento y cuidado, para que esta valiosa tradición pueda continuar sin poner en peligro la integridad de quienes la practican.