30/08/2019 - 06:59

Incendios en Amazonía queman la reputación de Bolsonaro en el extranjero, pero no en Brasil

Redacción

Red Uno de Bolivia

Foto de archivo: El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reacciona durante una ceremonia en el Palacio de Planalto en Brasilia.

Por Anthony Boadle

BRASILIA (Reuters) - El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha recibido duras críticas de líderes europeos y grupos ambientalistas por su manejo de los incendios forestales en el Amazonas, pero en su país no son tantos los que están molestos por su tibia respuesta.

Muchos brasileños comparten su aversión a lo que consideran como una intromisión extranjera sobre cómo lograr un equilibrio entre proteger y desarrollar la selva amazónica. La vasta región es vista en el país como un activo clave, pero a nivel global se la considera un bastión contra el cambio climático.

Sin embargo, las opiniones en Brasil pueden cambiar si las sanciones comerciales o los boicots comienzan a afectar a una economía que ya está débil, dijeron políticos y analistas.

Un aumento en el número de incendios en la Amazonía ha provocado este año indignación internacional y protestas frente a las embajadas brasileñas.

Los ambientalistas afirman que la mayoría de los incendios fueron provocados ilegalmente por especuladores de tierras y ganaderos que buscan expandir sus praderas en la Amazonía, los cuales se sentirían envalentonados por las críticas de Bolsonaro a las excesivas protecciones ambientales.

Bolsonaro ha negado que la irrupción de las llamas haya sido deliberada y repetidamente ha dicho, en particular a los países europeos, que no interfieran. También amenazó con rechazar la ayuda internacional, pese a que Brasil necesita los fondos y los equipos para combatir los incendios, y se enfrentó con el presidente francés Emmanuel Macron.

Una encuesta de opinión divulgada esta semana mostró que casi el 60 por ciento de los brasileños consideran que el gobierno de Bolsonaro ha hecho un trabajo muy bueno, bueno o normal, lo que indica que aún están dispuestos a darle al presidente el beneficio de la duda, dijo Leonardo Barreto, director de la consultora Capital Politico en Brasilia.

"Irónicamente, esta crisis puede haber aumentado la popularidad de Bolsonaro debido a su nacionalismo basado en la amenaza de perder el control de la Amazonía ante los extranjeros", dijo Welber Barral, un lobista y exsecretario de Comercio Exterior de Brasil.

Muchos brasileños, de todo el espectro político, creen que el Amazonas contiene riquezas incalculables en minerales que otros países codician, desde oro hasta niobio, un metal estratégico que se usa en los satélites.

La creencia, durante mucho tiempo una doctrina central de las fuerzas armadas de Brasil, alimenta la sospecha ante cualquier rol extranjero en la Amazonía, incluso de organizaciones no gubernamentales que trabajan para proteger el medioambiente y las tribus indígenas.

Sin embargo, Bolsonaro, un capitán en retiro del Ejército, fue criticado por congresistas locales, incluso por algunos aliados, por tardar mucho tiempo en combatir los incendios y perder tiempo en la disputa con Macron, quien lo acusó de mentir sobre la tasa de deforestación en el Amazonas.

"El gobierno ha retrasado la toma de decisiones importantes", dijo a Reuters Helder Barbalho, gobernador del estado de Pará, epicentro de los incendios más intensos y miembro del centrista Movimiento Democrático Brasileño.

 

TEMOR ECONÓMICO

El mayor problema que ha enfrentado Bolsonaro, quien tomó las riendas del país en enero, ha sido no poder lograr una recuperación sólida de la economía de Brasil, dijo Barbalho. Ahora, la crisis amazónica ha dañado la imagen de Brasil en el extranjero y eso podría rebotar en la economía, advirtió.

"Si los mercados internacionales se cierran para los productos agrícolas brasileños, estaremos en un escenario económico aún más serio", sostuvo.

Algunos países ya han amenazado con sanciones a raíz de las políticas ambientales de Bolsonaro y los consumidores podrían boicotear la carne de res brasileña.

"Eso afectaría directamente a una de las principales bases electorales de Bolsonaro, si no la principal: la industria de los agronegocios, que lo ha respaldado desde el principio", explicó Barreto.

La protesta mundial por los incendios en el Amazonas y las políticas ambientales de Bolsonaro también podrían comenzar a influir en los inversores.

En la primera fuerte reacción comercial, la empresa estadounidense matriz de las marcas de ropa y calzado Timberland, Vans y North Face dijo el jueves que ya no comprará cuero de Brasil debido a las preocupaciones medioambientales.

Las empresas en Europa y en otros lugares podrían ser presionadas por sus accionistas para que dejen de invertir en regiones ambientalmente sensibles de Brasil y en sectores como la minería, según Barral.

Esto no ayudaría a las perspectivas de crecimiento de Brasil, que los economistas han reducido a solo 0,8% para este año.

Katia Abreu, una exministra de Agricultura del gobierno de Dilma Rousseff, ve el peligro de que países competidores en el sector agrícola se confabulen contra Brasil, utilizando el tema ambiental como pretexto.

Eso volvería a más brasileños contra Bolsonaro, dijo Abreu a Reuters.

"Pero Bolsonaro no acepta consejos de nadie sobre cómo evitar las crisis", según la exministra. "No escucha. Es impredecible".

 

(Reporte de Anthony Boadle, información adicional de Lisandra Paraguassú.; Editado en español por Rodrigo Charme)

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