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Adiós al pendrive: la nube y los SSD lo reemplazan

Aunque todavía existen versiones de hasta 2 TB, las memorias USB han perdido terreno frente a los discos SSD externos y al almacenamiento en la nube, que ofrecen mayor velocidad, capacidad y conveniencia.

07/11/2025 12:05

Imagen referencial. Captura RR.SS.
Mundo

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Durante años, las memorias USB fueron indispensables para mover, guardar y compartir documentos o fotografías. Sin embargo, la evolución tecnológica —sumada al auge del almacenamiento en la nube y de nuevas soluciones portátiles— ha reducido su protagonismo hasta relegarlas a usos muy puntuales.

Hoy existen opciones mucho más rápidas, seguras y versátiles, adaptadas a los tiempos de conectividad constante y a la necesidad de transferencias instantáneas.

Por qué las memorias USB han dejado de ser prácticas

Las memorias USB enfrentan varias limitaciones frente a las exigencias actuales. Su capacidad suele ser insuficiente: la mayoría de los modelos disponibles ofrece entre 64 y 512 GB, un rango que se queda corto para almacenar videos en 4K o grandes volúmenes de datos profesionales.

Aunque hay versiones de hasta 2 TB, resultan menos convenientes en términos de costo y rendimiento frente a los discos SSD externos, que ofrecen más espacio, mayor velocidad y precios similares.

La velocidad es otro factor determinante. Los pendrives emplean memoria flash más lenta, lo que vuelve ineficiente la transferencia de archivos pesados. En cambio, los SSD modernos —que funcionan con conexiones USB-C o Thunderbolt— completan esas mismas tareas en segundos.

A ello se suma la pérdida de compatibilidad: los nuevos equipos han dejado atrás el conector USB-A, típico de los pendrives, en favor del USB-C. Esto obliga a usar adaptadores o soluciones poco fiables.

Tras dos décadas con escasa evolución en su diseño, las memorias USB han quedado relegadas a un recurso de emergencia o para entornos muy específicos.

Alternativas actuales

La desaparición progresiva de los pendrives no ha dejado un vacío, sino que abrió paso a soluciones superiores.

Los discos SSD externos se convirtieron en el estándar para quienes trabajan con grandes volúmenes de datos. Son compactos, resistentes y veloces, ofrecen amplias capacidades y permiten conectar y editar directamente desde el dispositivo.

Por su parte, las tarjetas SD y microSD ganan terreno entre usuarios de cámaras, smartphones y portátiles. Su tamaño reducido, compatibilidad y precio accesible las convierten en una opción flexible y eficiente.

Sin embargo, el cambio más profundo está en la adopción masiva del almacenamiento en la nube. Plataformas como Google Drive, iCloud, OneDrive o Dropbox permiten acceder a los archivos desde cualquier dispositivo conectado, eliminando la necesidad de transportar soportes físicos.

La nube ha transformado el concepto de portabilidad: los documentos están siempre disponibles, se sincronizan automáticamente y pueden compartirse o editarse de forma colaborativa y segura.

Un adiós inevitable

Aunque las memorias USB aún se utilizan para tareas específicas —como instalar sistemas operativos o en entornos desconectados por motivos de seguridad—, su papel cotidiano se desvanece.

El avance del 5G, la expansión del almacenamiento online y la integración entre dispositivos consolidan un nuevo paradigma: la era de los pendrives llega a su fin, dando paso a un ecosistema digital basado en la inmediatez y la conectividad permanente.

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