“No he perdido un amigo, he perdido un padre”, declaró entre lágrimas el periodista que durante más de 30 años cubrió el Vaticano.
22/04/2025 17:47
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La tristeza se apoderó de una transmisión en vivo de un corresponsal internacional Antonio Pelayo, conmovido hasta las lágrimas, cuando confirmó la noticia que estremeció al mundo, el deceso del Papa Francisco.
Con más de tres décadas dedicadas a informar desde el corazón del Vaticano, Pelayo no pudo contener el dolor personal que le provocó la muerte de Jorge Mario Bergoglio. Su voz quebrada y sus lágrimas en pantalla revelaron algo más profundo que el deber periodístico: el vínculo humano y espiritual con un pontífice que marcó una era.
"No digo que he perdido un amigo, he perdido un padre. Un padre realmente para mí", expresó visiblemente emocionado. Pelayo, quien ha sido testigo privilegiado de los hitos más importantes del pontificado de Francisco, describió con palabras sentidas la esencia de quien, asegura, cambió la Iglesia desde adentro. “Como santo padre y como padre buscaba la fraternidad, el ser todos hermanos porque todos somos hijos de Dios. Y eso, sinceramente, ningún papa ha sido capaz de transmitirlo como él”.
El corresponsal relató que Roma se encuentra en estado de conmoción. Aún resonaban en la plaza de San Pedro las imágenes del Papa saludando apenas el día anterior. “Después de haberlo visto ayer saludando a diestro y siniestro, está claro que muchos no esperaban esta noticia”, dijo Pelayo con la voz aún entrecortada.
La Santa Sede confirmó que el Papa Francisco falleció a causa de un derrame cerebral, seguido de una insuficiencia cardíaca. Fue el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia, quien anunció oficialmente el deceso.
Pelayo destacó la cercanía del pontífice con el pueblo, en especial con los romanos, quienes lo acogieron como uno de los suyos. “Este hombre se ha desempeñado en todo. Toda su vida fue una entrega al pueblo de Dios”, afirmó con respeto.
En un momento de especial sinceridad, recordó que aunque el Papa apareció en público en sus últimos días, su deterioro físico era palpable: “La voz la tenía tomada. Los gestos eran poco expresivos. Pero fue como si hubiera querido despedirse. Era muy consciente de su fragilidad, y lo habló abiertamente en sus últimas audiencias”.
La muerte del Papa Francisco no sólo marca el fin de un pontificado transformador, sino también un momento profundamente humano en el mundo del periodismo, donde la noticia dejó de ser un titular para convertirse en duelo. La imagen de Antonio Pelayo rompiendo en llanto no solo conmovió a la audiencia, sino que reflejó el sentir de millones, la pérdida de un padre espiritual que predicó con el ejemplo, hasta el último aliento.
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