Este lunes se desarrolló el día de la fiesta con una entrada folklórica y misas, pero se observó falta de medidas de bioseguridad.
16/08/2022 12:02
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Este lunes, se desarrolló el día de la fiesta de Urkupiña en Quillacollo. Las más de 80 fraternidades volvieron a hacer su ingreso por las calles de este municipio acompañadas de numerosas bandas durante siete horas de recorrido.
El público volvió a darse cita en las graderías para aplaudir el derroche de folklore y color en honor a la Virgen de Urkupiña.
Sin embargo, en horas de la noche, se observó poco control. El paso de los fraternos era más lento y desordenado, con muchos baches, por lo que se extendió hasta altas horas de la madrugada. En algunos tramos no bailaban, solo pasaban corriendo o caminando. No había presencia policial ni de funcionarios municipales.
Además, el público y los bailarines se excedieron en el consumo de bebidas alcohólicas, pues no había control en la venta de cerveza y otros. Esto a pesar de que había una disposición que prohibía beber a 200 metros de la entrada folklórica. Muchos se pusieron su propia música y ni siquiera observaban a las fraternidades.
Caos vehicular
La masiva presencia de comerciantes que se apostaron en las calles de Quillacollo, cerca al Santuario y al Calvario, generó un gran caos vehicular.
Algunas vías, que no fueron cerradas para el paso de vehículos, fueron igualmente ocupadas por vendedores, incluso en media calzada.
Así, se formaron largas filas de unidades de transporte público que intentaban salir hacia el Cercado. Pasajeros también se vieron perjudicados, pues debían esperar por varios minutos o caminar para intentar evitar el congestionamiento y llegar a sus domicilios.
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