Estado del Futuro 20.0 revela cómo la IA transformará la sociedad

El informe Estado del Futuro 20.0 advierte que la inteligencia artificial no solo redefine los modelos económicos y sociales, sino también las bases mismas del poder.

13/11/2025 14:12

Estado del Futuro 20.0 revela cómo la IA transformará la sociedad
Bolivia

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Hace apenas unos años, la inteligencia artificial dejó de ser un concepto de ciencia ficción para instalarse discretamente en nuestra vida cotidiana. Hoy esta tecnología influye en nuestras decisiones, desde lo que consumimos y compartimos hasta con quién nos relacionamos, y en ocasiones parece moldear incluso nuestros pensamientos. Sus sistemas aprenden a un ritmo que supera la velocidad de nuestras normas, creciendo y transformándose a pasos cada vez más acelerados.

Partiendo de esa idea, en La Paz se dio a conocer El Estado del Futuro 20.0, una publicación del Millennium Project que anualmente reúne y analiza las perspectivas, advertencias y estrategias de más de sesenta centros de investigación alrededor del mundo. La presentación tuvo lugar la noche del martes 11 de noviembre, en el marco de la Futures Week 2025, un evento de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) que congregó a expertos, académicos y autoridades para debatir y reflexionar sobre los principales retos que marcarán el rumbo del futuro.

Guillermo Gándara, director de la Red Iberoamericana de Prospectiva (RIBER), fue uno de los principales expositores y recordó que la humanidad enfrenta un dilema sin precedentes: “Estamos ante el problema de gestión más complejo que jamás hayamos tenido, la inteligencia artificial. Por encargo de Naciones Unidas, desde 2021 se trabaja en cómo lograr que todos los países nos pongamos de acuerdo en un sistema regulatorio internacional antes de que llegue la IA General, porque podría surgir una IA que no sea de nuestro agrado”.

El informe Estado del Futuro 20.0 advierte que la inteligencia artificial no solo redefine los modelos económicos y sociales, sino también las bases mismas del poder. En un contexto donde los datos se han convertido en el nuevo petróleo, la capacidad de procesarlos y controlarlos marcará las jerarquías globales del siglo XXI.

Lo inquietante no es su poder, sino nuestra falta de reglas para contenerlo. Mientras las máquinas aprenden a razonar, la humanidad aún debate quién debe vigilarlas. El futuro no espera, y la gobernanza de la inteligencia artificial ya no es un tema de ciencia ficción, sino una urgencia que definirá hacia qué tipo de sociedad nos dirigimos.

Una mirada latinoamericana hacia la tecnológica

Durante la presentación, Verónica Ágreda de Pazos, rectora de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), subrayó el valor de la cooperación regional en la construcción de políticas tecnológicas: “Este libro es fruto de la inteligencia colectiva. Se ve el protagonismo de la mirada latinoamericana y entendemos que ya no podemos ser espectadores, sino protagonistas. Debemos definir qué papel jugaremos como región al momento de negociar la gobernanza sobre la IA”.

Ágreda insistió en que la región tiene la oportunidad de participar en el diseño de los marcos éticos y regulatorios que determinarán cómo se desarrollarán las tecnologías emergentes. “Latinoamérica puede aportar una visión humanista, más centrada en el bienestar social y menos en la rentabilidad inmediata”, señaló.

La IA entre la promesa y la advertencia

El documento dedica un capítulo completo al desarrollo acelerado de la inteligencia artificial. Reconoce su potencial para abordar desafíos globales —desde la gestión del agua y la reducción de emisiones de carbono hasta la optimización de los sistemas de salud—, pero también alerta sobre el riesgo de perder el control de su evolución si no se establecen mecanismos adecuados de supervisión y transparencia.

El punto crítico, según el informe, no es si la IA alcanzará o no una inteligencia superior a la humana, sino si los gobiernos y las instituciones podrán construir consensos mínimos sobre su regulación antes de que ese escenario se materialice.

Para Gándara, el debate no debe centrarse en frenar la innovación, sino en orientarla éticamente. “Podemos usar la IA para sensibilizar a las personas sobre la huella hídrica de sus consumos o para monitorear en tiempo real las emisiones de CO₂. Pero si no existe una gobernanza global, corremos el riesgo de que la misma herramienta que puede salvarnos sea la que nos conduzca a un escenario catastrófico”, advirtió.

Un futuro que exige responsabilidad colectiva

El Estado del Futuro 20.0 no busca predecir el porvenir, sino ofrecer mapas de navegación ante la incertidumbre. El informe combina análisis estadísticos, escenarios prospectivos y recomendaciones de políticas públicas que invitan a repensar la relación entre tecnología, sostenibilidad y humanidad.

El mensaje que dejó la presentación en La Paz fue claro: el futuro ya está aquí, y exige decisiones urgentes. Gobernar la inteligencia artificial no es solo una cuestión técnica, sino un desafío ético y civilizatorio. La manera en que enfrentemos este reto determinará si la IA se convierte en la herramienta que expanda nuestras posibilidades o en el espejo que refleje nuestras carencias.

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