Este bálsamo natural fue elaborado con ingredientes como vaselina, cera de abeja, aceite de coco, manteca de karité, cúrcuma, mentol y vitamina E.
03/10/2025 13:15
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Un grupo de jóvenes innovadores de la carrera de Bioquímica y Farmacia ha dado un paso importante en la búsqueda de alternativas naturales para la salud. El proyecto estudiantil se centra en la elaboración de un bálsamo artesanal especial para aliviar los síntomas del resfrío, utilizando como base los principios activos de la cúrcuma, una planta milenaria reconocida por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas.
Leslie Vidaurre, docente de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo; Unifranz, y guía en el del proyecto estudiantil, sostiene que “En este caso, la cúrcuma mostró ser antioxidante, antiinflamatoria y antibacteriana, propiedades que la hacen útil para mitigar síntomas del resfrío, y los jóvenes estudian desde la estructura de la célula hasta el principio activo de la planta”, explica la académica.
Los estudiantes desarrollaron un bálsamo artesanal llamado “Curma Care”, que consiste en la elaboración de un bálsamo a base de cúrcuma (Curcuma longa) para el alivio de los síntomas del resfriado común”. El grupo de jóvenes desarrolladores fue liderado por Adriana Luna Hilarion, y conformado por: Abraham Antony Miranda Cuentas, Oriana Andrea Tito Bautista y Brandon Andrés Vega Cárdenas. Todos estudiantes de la carrera de Bioquímica y Farmacia en Unifranz.
De la teoría al laboratorio
El proceso de elaboración Curma Care implicó varias fases de investigación, además de la extracción de los principios activos de la cúrcuma hasta la combinación de otros componentes para obtener un producto dermatológicamente seguro. Posteriormente, se realizaron pruebas piloto con voluntarios que reportaron una sensación de alivio en la congestión nasal y una mejora en el descanso nocturno.
Este bálsamo natural fue elaborado con ingredientes como vaselina, cera de abeja, aceite de coco, manteca de karité, cúrcuma, mentol y vitamina E. Esta mezcla no solo le da una textura suave y uniforme, sino también efectos terapéuticos y un aroma fresco con el toque característico de cúrcuma.
“Creemos que nuestro proyecto aporta una opción accesible, segura y natural, que complementa los tratamientos convencionales. Además, promueve el rescate de plantas medicinales que ya forman parte de la tradición, pero con respaldo científico y en una forma farmacéutica moderna”, añade Abraham Antony Miranda Cuentas.
El bálsamo es de uso tópico, que busca proporcionar alivio inmediato, sin efectos secundarios agresivos y con un enfoque en la sostenibilidad. La formulación artesanal no solo prioriza la eficacia, sino también la accesibilidad, al emplear materias primas económicas y fáciles de obtener.
Al analizar el producto, las pruebas físico-químicas demostraron que tiene un pH adecuado para la piel, es microbiológicamente estable y presenta una composición homogénea, lo que indica que es seguro y efectivo para su uso tópico.
El resfrío común, es uno de los malestares más frecuentes en la población, y suele estar acompañado de congestión nasal, dolor de garganta y malestar general. Este panorama, fue útil para que los estudiantes desarrolloen una solución que combine la tradición de la medicina natural con los conocimientos científicos adquiridos en su formación académica.
La cúrcuma contiene curcumina, un principio activo con propiedades científicamente comprobadas que ayudan a reducir la inflamación y refuerzan el sistema inmunológico.
Mirando al futuro
El proyecto nació como parte de un módulo de investigación aplicada, en el que los estudiantes fueron retados a diseñar una propuesta innovadora que pudiera tener impacto en la salud comunitaria. La idea no solo buscó atender un problema recurrente, sino también rescatar el valor de los productos naturales frente a la creciente dependencia de fármacos sintéticos.
Para Vidaurre, esta iniciativa representa mucho más que un proyecto académico: es parte de una nueva forma de enseñanza donde los estudiantes asumen un rol activo en la creación de soluciones reales. “En Unifranz buscamos que nuestros jóvenes no solo adquieren teoría, sino van más allá, de la teoría aprenden a transformar el conocimiento y se conviertan en agentes de cambio para dar soluciones concretas para la sociedad”, afirma.
Esa filosofía se refleja en el entusiasmo de los propios estudiantes, quienes ya piensan en cómo llevar “Curma Care” al siguiente nivel.
Por otro lado, Brandon Andrés Vega Cárdenas, uno de los integrantes del equipo, explica que su objetivo es profundizar en la investigación: “Nos gustaría validar su eficacia con estudios más amplios en voluntarios, para tener resultados clínicos que respalden lo que observamos en el laboratorio. También pensamos en mejorar la absorción de la curcumina mediante nanotecnología y ampliar las presentaciones del producto, como parches o sprays”, explica.
Más allá del uso como bálsamo, el proyecto simboliza la unión entre conocimiento tradicional y ciencia moderna. Inspirados en los usos milenarios de la cúrcuma y respaldados por métodos científicos actuales, los estudiantes lograron crear un producto funcional con potencial terapéutico. Para Vidaurre, el verdadero valor de este trabajo está en su capacidad de generar un impacto positivo: “El reto es transformar lo aprendido en acciones que beneficien a la sociedad”.
Es por ese motivo que Curma Care, es la prueba de que la innovación no siempre requiere tecnologías complejas; a veces, basta con mirar hacia nuestras raíces, aplicar el conocimiento con sentido crítico y tener la voluntad de marcar una diferencia.
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