La salteña boliviana conquista el mundo digital

Desde la mirada comercial, lo ocurrido hasta el momento en la competencia de desayunos, demuestra que una causa cultural puede convertirse en una poderosa estrategia.

08/09/2025 14:22

La salteña boliviana conquista el mundo digital
Bolivia

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La competencia virtual, impulsada por el streamer español Ibai Llanos, se ha transformado en una vitrina internacional para la gastronomía boliviana. Solo la clasificación de Bolivia a la semifinal del Mundial de Desayunos no solo encendió el orgullo nacional en redes sociales, sino que también abrió un camino claro hacia el posicionamiento comercial de productos típicos, el turismo gastronómico y nuevas estrategias de marketing cultural.

Walter Benavides, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que el Mundial de Desayunos es una oportunidad para posicionar a la salteña como un ícono cultural global, tanto a nivel nacional como internacional, con impacto directo en el consumo y la percepción de este alimento tradicional.

“El Mundial que ha propuesto Ibai Llanos ha tenido una gran influencia a nivel viral en todos los países. La salteña puede capitalizar esta competencia y alcanzar una posición de mercado mucho más amplia. Se ha convertido en un emblema identitario de los bolivianos, y es importante capitalizar cada una de estas campañas digitales, como lo que está sucediendo actualmente. La viralidad ha crecido exponencialmente”, sostiene el académico.

En plataformas como TikTok, Facebook, Instagram y YouTube Shorts, miles de usuarios votaron y compartieron contenido a favor del desayuno boliviano en competencia —en este caso, la salteña, el api morado y el pastel—, lo que permitió a Bolivia avanzar hast las semifinales tras vencer a la representación argentina (medialunas y facturas) en cuartos de final. Bolivia superó el millón ochocientos mil votos, dejando atrás a Argentina, que obtuvo aproximadamente un millón cuatrocientos mil.

“Los usuarios no solo participan por diversión; generan un movimiento orgánico que fortalece la comunidad digital y la presencia de sus símbolos culturales. Cada receta, cada video, se convierte en un producto que representa a un país y permite a las audiencias involucrarse de manera activa, convirtiéndose en embajadores de su propia cultura a través de la interacción digital”, explica Dudan Camacho, docente de la carrera de Publicidad y Marketing en Unifranz.

Desde la mirada comercial, lo ocurrido hasta el momento en la competencia de desayunos, demuestra que una causa cultural puede convertirse en una poderosa estrategia de posicionamiento de marca país, capaz de generar oportunidades reales de negocio, turismo y exportación de imagen, a partir de la identidad gastronómica nacional.

“El efecto que tiene esta competencia, que es muy viral, sobre la salteña es significativo en ventas, ya que genera un aumento inmediato en la demanda, tanto en locales tradicionales como en pedidos a domicilio. Además, impulsa la inversión directa en torno a lo que es la salteña como producto. Esto despierta la curiosidad de nuevos consumidores y, por otro lado, hay una repercusión más relevante en la percepción del valor del producto”, explica Benavides.

Para Javier Rivera, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de Unifranz, este fenómeno puede y debe ser aprovechado como motor de desarrollo económico local, impulsando emprendimientos gastronómicos, fortaleciendo el turismo experiencial y posicionando a Bolivia como un destino auténtico, donde la cultura se saborea en cada plato.

“Este es el momento de mostrar que Bolivia no solo es paisaje y cultura, también es gastronomía. Y esa gastronomía, bien articulada al turismo, puede convertirse en un motor de desarrollo sostenible”, destaca Rivera.

Este fenómeno ha evidenciado el poder de los contenidos generados por los usuarios (UGC) como herramienta de promoción comercial, difusión cultural y apoyo comunitario. Desde medios de comunicación locales, creadores de contenido como Cardamomi, ilustradores como Abecor, hasta emprendedores, todos tienen en sus manos la posibilidad de crear comunidad, generar tráfico y aumentar ventas, simplemente conectando con el orgullo cultural y la tendencia digital.

“Cada interacción, desde un clic hasta un comentario, contribuyó a la visibilidad de un país y fortaleció la percepción de cultura a nivel global. Este tipo de fenómenos demuestra que las emociones compartidas se pueden convertir en estrategias de participación digital que impactan directamente en el branding cultural”, explica Shirley Lozada, directora de la carrera de Publicidad y Marketing de Unifranz.

Bolivia con la salteña, el pastel y el api, pudo avanzar hasta las semifinales de la competencia y enfrentar a Venezuela con su trío conformado por la arepa reina pepiada y la arepa de carne junto a una bebida, en una contienda que fue más allá de los sabores: fue una competencia por la visibilidad y el reconocimiento internacional.

Cada voto en este duelo no solo apoyó al desayuno típico de ambos países, sino que ha reforzado la identidad nacional y abrió nuevas oportunidades para que productos, destinos y tradiciones del país sean descubiertos y valorados en el mundo.

“El verdadero premio no es ganar la competencia, sino lograr que la cultura de un país tenga un espacio dentro de la conversación global. Cada publicación, video o meme fortalece la visibilidad de un país y crea un efecto multiplicador, donde más personas se sienten orgullosas de sus raíces y motivadas a defenderlas activamente”, agrega Camacho.

La ola de apoyo, hasta el domingo que finalizó la etapa semifinal, ayudó a crear visibilidad alrededor del desayuno boliviano, potenciando su valor como producto cultural, generando oportunidades comerciales y posicionando a Bolivia en el mapa gastronómico global a través de la participación digital.

“La percepción de que la salteña deja de ser solo un alimento cotidiano, ahora se reafirma como un símbolo de identidad nacional y patrimonio cultural proyectando la riqueza gastronómica de Bolivia hacia el mundo. Esta combinación de mayor consumo y reconocimiento cultural, fortalece el posicionamiento, construyendo un valor de marca sólido que trasciende lo meramente comercial, gracias a este evento viral”, explica Benavides.

El Mundial de Desayunos está demostrando que los retos virales no solo entretienen; también activan economías locales, disparan tendencias de consumo y abren caminos para el turismo, la exportación de imagen y el comercio cultural. Pese a no clasificar a la final de esta competencia, Bolivia tiene la atención del mundo, y es el momento perfecto para convertir esos millones de votos en millones de oportunidades.

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