Tormento y placer sexual. Descubre la causa de la dolorosa tradición china de los pies vendados

Red Uno de Bolivia.- Las generaciones modernas apenas tienen conocimiento en China del significado de la dolorosa tradición de los pies vendados o pies de loto.

En el pasado las mujeres chinas sometieron sus pies a la cruda moda de la deformación extrema porque ese era el estándar de belleza de la época.

Ver a esas mujeres caminar como si estuvieran en puntillas era algo excitante para los chinos de antaño, pero lo que pocos sabían era el proceso que debía seguir una mujer para alcanzar esa transformación.

Todo comenzaba en la niñez, entre los 4 y 9 años de edad.

Los pies de las niñas se sumergían en sangre de animal antes de doblar los dedos por debajo de la planta de los pies rompiendo el arco y los huesos de los dedos para que cambien de forma.

Luego se vendaban los pies con telas de algodón con presión extrema para que la deformación se estabilice y tome forma definitiva.

Luego de mucho dolor y paciencia los pies pequeños eran parte de la vida de las mujeres chinas que buscaban la máxima expresión de belleza de su tiempo, pero la razón de ello es más oscura de lo que se creía.

Según la escritora Beverly Jackson en su artículo ‘A Thousand Years of An Erotic Tradition’ publicado en la revista Splendid Slippers, las mujeres chinas que adoptaban la tradición de los pies vendados desarrollaban muslos gordos y voluptuosos a los ojos de los varones chinos.

Pero además, la forma tambaleante de caminar de estas mujeres producía que los músculos de la vagina se apretaran entre sí, generando una sensación profunda de placer en los hombres durante el coito. Era como hacer el amor con una virgen, era la opinión del típico hombre chino en esos tiempos.

Por eso, en el imaginario social chino de la época, para los hombres era excitante ver a una mujer con pies pequeños en la calle porque ello les recordaba el enorme placer sexual que sentían en la intimidad.

Y considerando que la antigua sociedad china era patriarcal y machista, era natural que las mujeres se sometieran a grandes sacrificios para agradar a los hombres, añade el artículo de Jackson.