Dave Richards, de 75 años, sufrió lesiones devastadoras en su rostro y perdió un ojo tras ser arrollado por un conductor ebrio en Inglaterra. Un centro médico pionero le devolvió el rostro y la confianza gracias a una innovadora prótesis facial impresa en 3D y personalizada.
29/10/2025 22:08
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La vida del abuelo británico Dave Richards, de 75 años, cambió para siempre en julio de 2021. Mientras disfrutaba de un paseo en bicicleta con amigos en Devon, Inglaterra, fue víctima de un brutal accidente de tráfico provocado por un conductor ebrio. El impacto lo dejó con secuelas físicas extremas.
Hoy, la historia de Richards se ha convertido en un emblema del poder de la tecnología médica, al recibir una prótesis facial impresa en 3D que le ha permitido recuperar su apariencia y calidad de vida.
Secuelas extenuantes y la pérdida del ojo
El accidente fue catastrófico: Richards quedó atrapado debajo del vehículo, lo que le causó quemaduras de tercer grado en un lado de la cara, múltiples fracturas en costillas, espalda y pelvis. La situación fue tan grave que los cirujanos del Bristol Royal Infirmary lucharon por su vida.
La lesión facial fue la más crítica. Los médicos extirparon uno de sus ojos ante el riesgo de que una infección se propagara al cerebro a través del nervio óptico. Para cubrir la zona dañada, se realizó un complejo injerto de tejido. Richards relató que, tras el accidente, se sentía "extremadamente vulnerable" y evitaba cualquier situación social debido a su desfiguración, según publica Infobae en un extenso reportaje con información del Daily Mail.
El milagro de la impresión 3D
El verdadero punto de inflexión en la recuperación de Richards llegó cuando fue derivado al Bristol 3D Medical Centre, un centro pionero en el Reino Unido. Este hospital integra en un solo lugar dentro del sistema de salud pública (NHS) la tecnología de escaneo, diseño e impresión 3D de prótesis.
En este centro, Richards recibió una prótesis facial personalizada, diseñada para replicar con precisión:
La forma y el contorno de su rostro.
El color exacto de su piel y cabello.
Una órbita ocular protésica que complementa su imagen.
El proceso para crear la prótesis incluyó escaneos, fotografías detalladas y la creación de moldes de cera. Richards confesó que la experiencia fue "surrealista", pero fundamental para su rehabilitación y autoestima, devolviéndole la confianza para reincorporarse a la sociedad.
Tecnología de vanguardia al servicio humano
La científica reconstructiva Amy Davey, líder del equipo, destacó que la tecnología de escaneo superficial permite capturar los gestos del paciente en movimiento, logrando que las prótesis se adapten mejor a los movimientos faciales naturales.
El centro utiliza resinas plásticas avanzadas para fabricar los componentes, incluyendo férulas para el cuello, también impresas en 3D, que ayudaron a suavizar el tejido cicatricial y facilitaron el uso de la prótesis facial.
El caso de Dave Richards no solo es una victoria personal, sino que subraya el potencial transformador de la impresión 3D para la reconstrucción humana, sumándose a otros ejemplos de éxito en reconstrucción facial a nivel mundial.
Richards continúa con terapias para aliviar la tensión de las cicatrices y evaluando posibles futuras intervenciones quirúrgicas. Por su parte, el conductor responsable del accidente fue condenado a tres años de prisión, siendo liberado tras cumplir la mitad de su condena.
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