Con esta entrega se abre la ronda de ganadores de los centenarios premios, que continuará con el de Química, Física, Literatura, de la Paz y Economía.
06/10/2025 13:04
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El Nobel de Medicina o Fisiología ha distinguido este lunes a los estadounidenses Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell y al japonés Shimon Sakaguchi por revelar cómo se autorregula el sistema inmune.
El fallo difundido por la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo reconoce "sus descubrimientos relacionados con la tolerancia inmunológica periférica", la cual evita que ese sistema dañe al cuerpo humano, identificando las células T, que ejercen como guardianes.
"Entre las investigaciones sobre inmunidad hay muchas con buenos resultados, por eso me siento muy honrado", indicó Sakaguchi en una rueda de prensa desde la Universidad de Osaka, donde es profesor en el Centro de Investigación de Vanguardia en Inmunología (IFReC, en inglés).
Los hallazgos de estos científicos han sentado las bases para un nuevo campo de investigación, la tolerancia periférica, y han impulsado el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer y las enfermedades autoinmunes y la realización de trasplantes más exitosos, evitando por ejemplo complicaciones después de los de células madre.
Sakaguchi descubrió una nueva clase de células T que protegen al organismo de enfermedades autoinmunes; Brunkow y Ramsdel revelaron detalles decisivos sobre el origen de esos males.
Los "guardianes" del sistema inmune
Todas las células T tienen en su superficie proteínas especiales que actúan como receptores para escanear otras células y descubrir si el cuerpo está siendo atacado, explica en su fallo el Instituto Karolinska.
En la década de 1980, se sabía ya que cuando las células T maduran en el timo, pasan por un proceso llamado tolerancia central para eliminar a aquellas que reconocen como una amenaza a las propias proteínas del cuerpo, y se sospechaba de la existencia de otro tipo encargado de tratar con las que hubieran superado de forma indebida este cribado.
Sakaguchi, que trabajaba entonces en el Instituto para la Investigación del Cáncer en Nagoya (Japón), aisló células T maduradas en ratones genéticamente idénticos y las inyectó en ratones sin timo, descubriendo que parecía haber un tipo de esas células que, aún así, protegían a los roedores de enfermedades autoinmunes.
En 1995 el científico japonés presentó su hallazgo, una nueva clase de células T reguladoras, que tienen en su superficie también una proteína llamada CD25.
"No era una idea muy popular (de investigación), y tuve dificultades para obtener fondos de investigación", explicó el japonés, en una rueda de prensa en su país.
Buscando una aguja en un pajar gigante
El origen de los hallazgos de Brunkow y Ramsdell se remonta a los estudios en la década de 1940 vinculados al Proyecto Manhattan y el desarrollo de la bomba atómica: los efectos de la radiación en una cepa de ratones que presentaban mutaciones y desarrollaban una enfermedad que reducía su vida a unas pocas semanas.
Seis décadas después, cuando la genética molecular ya se había desarrollado lo suficiente, varios investigadores comenzaron a interesarse por esa mutación, entre ellos Brunkow y Ramsdell, que trabajaban por entonces en una empresa biotecnológica de Washington y que se lanzaron a buscar el gen causante de la mutación.
Esa tarea, que el fallo del jurado compara con "buscar una aguja en un pajar gigante", les llevó varios años de trabajo sistemático y creativo, de acuerdo con las limitaciones que entonces tenía la biología molecular, mapeando el área del cromosoma y comparando los genes potenciales en ratones sanos con los que presentaban la mutación.
Su trabajo investigador culminó en 2001, cuando descubrieron que esos ratones presentaban una mutación en un gen al que llamaron Foxp3 y que la variante humana era la causante de una grave enfermedad autoinmune, el síndrome IPEX.
Sakaguchi probó dos años más tarde que ese gen era el encargado de controlar el desarrollo de las células T reguladoras.
Nacido en 1951 en Japón, Sakaguchi desarrolló estudios en la Universidad de Kioto y allí ejerce de profesor distinguido en su Centro de Investigación Inmunológica.
Ramsdell, nacido en 1960, estudió en la Universidad de California y es asesor científico en la firma Sonoma Biotherapeutics; Brunkow, un año más joven, estudió en Princeton y trabaja en la actualidad en el estadounidense Instituto de Biología de Sistemas de Seattle.
Los tres suceden en el palmarés del galardón a los estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun por descubrir el micro-ARN, una nueva clase de moléculas diminutas que constituyen un mecanismo esencial para controlar los genes.
El Nobel de Medicina abrió la ronda de ganadores de los centenarios premios, que continuará mañana con el de Química y, en días sucesivos, con los de Física, Literatura, de la Paz y Economía.
Todos los Nobel tienen la misma dotación económica, que este año asciende a 11 millones de coronas suecas (997.000 euros, o unos 1,2 millones de dólares).
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